El Verbo y, yo
Cuál es mi relación con el Verbo, cuál es tu relación con el Verbo, reflexionar en clave personal, el prólogo de Juan
Porque La Palabra es comunitaria y personal
“Él estaba al principio en Dios, y por él se hizo, el mundo, y sin él no se hizo nada, de cuanto ha sido hecho”
O sea que yo he sido hecha por el Verbo, por lo tanto, solo por eso ya le pertenezco, pero como me voy renovando cada día, y sigo existiendo, eso quiere decir que El Verbo me sigue creando, recreando.
“En él estaba la Vida, y la Vida era la luz de los hombres, la luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la aceptaron”
Sí soy del Verbo porque me creó, y, él es La Vida, lo que implica también ser el Autor de la misma. Yo tengo que agradecerle el don de la vida, la física y la sobrenatural, y tengo que posicionarme del lado de la vida, yo no puedo apoyar, sino que tengo que rechazar todo lo que daña la vida, lo que la ataca, aborto, eutanasia, drogas, maltrato a seres humanos, trata de personas, prostitución, esclavitud, tiranías, nazismo, comunismo, comunismo chino, experimentos en seres humanos, rechazo a inmigrantes, encarcelamientos injustos, explotación laboral, derroche o desperdicio voluntario de alimentos. Pero no tengo solo que rechazarlo, debo denunciarlo como pueda, no debo apoyar a los que lo hacen, y debo ver sí lo he cometido.
Sin embargo no puedo condenar a sus autores, si a los organismos o ideas que están detrás, no a los que los profesan, porqué ellos también pertenecen al Verbo, a él toca su juicio-
“Vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron”
Yo soy de los suyos, pues me creó, sé además que se hizo carne, se hizo humano, y sé porque lo ha dicho Él, que sigue viniendo a los suyos, viene en La Escritura, viene en La Eucaristía en el Pan y el Vino, viene en el hermano, incluso en el hermano que no sabe que lo es; y viene en La Iglesia
Y, yo tengo que acogerlo ahí, en La Escritura entera, no puedo desdeñar ninguna parte, en La Eucaristía, y, esto es más o menos fácil con su gracia, pero en el hermano, e incluso en el hermano que no sabe que lo es; pues aquí hay de todo, pero si lo rechazo, si rechazo a ese hermano, lo estoy rechazando a él, y esto cuesta
La Iglesia, tal como la describe el catecismo, pues tampoco hay problema, pero es que La Iglesia es como decían San Agustín y Lutero, “Prostituta y Santa”, es La mujer del Apocalipsis, que no representa solo a María La Virgen, en primer lugar representa a La Iglesia, pero es también Jezabel la ramera, porque aunque son malos católicos, los cristianos pederastas siguen siendo católicos, y siguen siendo cristianos esto para siempre, los cristianos pro choice, que son asesinos puesto que defienden el asesinato de no natos inocentes, son malos católicos, pero lo son, y siguen siendo cristianos, y los que han caído en herejía o cisma, siguen aunque separados perteneciendo a la Iglesia, y, sobre todo a Cristo, al Verbo, y, yo tengo que recibir en ellos al Verbo, a Cristo. Cómo, rechazando y condenando lo que hacen, pero amándolos y orando al Verbo, y con el Verbo por ellos, porque en su maldad hay pequeñas semillas de bondad de bien, y ahí está el Verbo, en ellos también viene Jesús el Verbo de Dios, sí los rechazo, sí me alegró o pido su condenación, sí los apoyó o defiendo sus malas acciones, sí niego su existencia, estoy rechazando una parte de La Iglesia, en la cuál viene Jesús
“A cuanto lo reciben les da poder de ser hijos de Dios...La Ley fue dada por Moisés, la gracia y La Verdad, vinieron por Jesucristo, a Dios nadie lo vió jamas, el Hijo Único del Padre, que mora en el seno del Padre, es quien nos lo ha revelado”
y, yo he recibido esa revelación de La Esposa del Verbo, de La Iglesia, pero sé también que El Verbo seguiría oculto, si María la judía María, no hubiera aceptado, que en seno materno, se hiciese debilidad, se hiciese carne
Por eso, el ser del Verbo me exige, amar, venerar, querer, agradecer y acudir a su Madre, a La Virgen María. Que es también su primera criatura, después de su propia humanidad.