jueves, 23 de febrero de 2023

En cada Eucaristía confesamos...


En cada Eucaristía confesamos que Jesús murió y resucitó por nosotros.
Aunque debemos confesarlo cada momento con nuestra vida, lo cierto es que en cada Misa, en la celebración de cada Eucaristía, como nos recuerda el Papa San Juan Pablo II, en su Carta sobre La Eucaristía, en cada Misa,confesamos que Jesús murió y resucitó, por nosotros, y no solo al recitar El Credo, que no es oración plegaria, es confesión de fe, por eso.
Un credo al santo, que sea es una estupidez, el Credo es el resumen de lo que creemos, lo que yo confieso con toda la Iglesia, creer.
Y, ahora volviendo con lo que importa, en el Credo recitado como acto de Fe, individual y comunitaria en Misa, confesamos que Jesús murió y resucitó. 
Pero hay algo más, eso se hace realidad, se actualiza cuando nos unimos a Jesús, que está actuando en la persona del sacerdote y ofrecemos a Dios el Pan y el Vino, junto con el ofrecimiento personal de cada uno, las gotas de agua del Caliz
Y cuando Jesús por medio del sacerdote y del Espíritu Santo, invocado en la epíclesis, se hace patente real, verdaderamente y sacramentalmente, en el pan y en el vino, en esas dos especies separadas, se hace patente su muerte. 
Pero Jesús confesamos y sabemos está vivo como Hombre y Dios  segunda Persona, tanto en el Pan como en el vino, Jesús ya no puede morir, su Cuerpo está glorificado en Dios, no comulgamos un cadáver, recibimos al Mesías al Redentor vivo, Hombre y Dios
Por lo tanto, estamos confesando que Jesús ha resucitado
Además si estuviese muerto, habría fracasado, y solo comeríamos el pan de nuestra condenación
Pero no está vivo, y lo recibimos glorioso