miércoles, 22 de febrero de 2023

Cristo Sumo Sacerdote

 

« Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros [...] penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna » (Hb 9, 11-12).
El sacerdote judío, en la fiesta del Yom Kipur, mataba un carnero, ternero, es decir un animal apto para el sacrificio, rociaba al pueblo con la sangre, y con la sangre del animal en sus manos, penetraba en el Santo de los Santos, o Santisimo, donde se veneraba el Arca de la Alianza, allí postrado oraba a Dios presentando la sangre del pobre animalito, como pagó por sus culpas y las de su pueblo, mientras el pueblo oraba en el atrío, postrado también.
La oración del sacerdote, del sumo sacerdote, era secreta se pasaba de padres a hijos, los levitas esperaban fuera postrados pero dispuestos a tocar la trompeta cuando el sumo sacerdote saliera.
Otro animalito sobre él que habían confesado sus pecados había sido echado al monte, el chivo expiatorio
Salía el Sumo Sacerdote, sonaban las trompetas, el pueblo se ponía en pie, era bendecido, cantaban salmos y cada uno, a su casa.
Y, esto todos los años, y cada año otros animales.
Y, la gente quedaba más o menos igual
Hasta que llega Jesús, Jesús entra también en el Santuario, en el Santo de los Santos, pero no en el del Templo de Jerusalén, no sino en el autentico, que es el Padre, y entra llevando no la sangre de unos pobres animalitos, sino la suya propia, y la presenta, se presenta con ella al Padre, no porque el Padre sea un loco sanguinario, sino porque esa sangre la vertió, por serle fiel, por no negarlo, por obedecerlo, y por ello pide que el Padre como sí fuese un premio para él que ya lo tiene todo, nos perdone, nos acoja como hijos en él, nos introduzca en su intimidad trinitaria
Y, Jesús no tiene que morir cada año, pero como esto sucede en la intimidad de Dios, y Dios todo lo tiene presente, para Dios siempre es “Hoy”,en cada Eucaristía en que Jesús por medio del sacerdote cristiano, bajo las dos especies de pan y vino, que prefiguran la separación del alma y el cuerpo, es decir la muerte, se actualiza el Sacrificio del Calvario, Jesús ora por nosotros, no por él, él es el Santo, el Santísimo sin culpa, y no deja mientras ora de estar a la Derecha del Padre, aunque se haga presente en el Pan y Vino.
Por eso La Misa no es algo más, es el mismo Sacrificio Redentor, donde además al contrario que los judíos que no podían entrar y oraban en el atrio, nosotros si tenemos por Jesús y en unión con el acceso al Santuario, acceso al Padre.

Meditaciones con el Magisterio