Es una comunicación, porque en
primer lugar es Dios, quien la inicia, quien pone en el hombre, en el creyente
el deseo la necesidad de hablar, de escuchar a su Creador, de adorarlo de
contemplar sus obras, de meditar su grandeza, la necesidad de pedirle
La primera iniciativa, parte
siempre de Dios
Después Dios puede jugar con su
criatura al escondite, llenando la oración de sequedad, no encontrando
respuesta
O puede llenar el alma de paz,
sentir El Espíritu Santo, sentir el Amor de Dios
De cualquier modo, el ser humano
orante, sabe que no está solo, no es un loco, sabe aunque no lo sienta que su
interlocutor está ahí
Igual que sabe que le habla,
aunque el texto bíblico que lea, o escuche leer, en ese momento no le diga nada
Pero recitar 40 oraciones de
prisa y corriendo, para llegar a tiempo
a las rebajas del Corte, ni es comunicación ni es nada