El verdadero profeta confía en
Dios el falso se apoya en los ídolos
Por eso, no presume de profeta,
hasta es posible que ni lo sepa, pero no puede guardarse La Palabra, y, la
vomita sobre los demás
No se cree un privilegiado, sabe
que Dios lo ha seducido, quiere callar pero no puede, pero sus palabras no son
suyas, él es solo el altavoz
No lo callan las amenazas
Ni le hacen decir otra cosa los
elogios
Reconoce primero sus culpas
Pero por ellas no deja de llamar
al pan pan, y, al vino, vino
No es políticamente correcto
No le importan la mayoría ni la
minoría
Su palabra aunque hable de
castigo, aunque reprenda, despiden Amor, Justicia, hablan de Dios Amor
El profeta casi siempre acaba
siendo mártir de alguna forma
Profetiza en La Iglesia, es decir
dentro de la eclesialidad, unido a Pedro
Sabe que Dios no lo deja
El falso profeta
Presume de serlo
Se apoya en los ídolos, fama,
riqueza, mass media etc
Sus mensajes manipulan la palabra
de Dios, para llevar el agua a su molino
Desprecia La Biblia
Presenta un dios abuelete
O un dios justiciero ambos falsos
Sus mensajes no comunican paz
Busca el éxito
Podrá ser víctima nunca mártir
Se cree por encima, por debajo
pero nunca se cree Iglesia
Pone las revelaciones privadas, o
los estudios por delante de la Biblia