Por qué da el Don de lenguas, y,
en qué consiste
En primer lugar, el Don de
lenguas es un carisma; y, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que se
dan para bien, no del que los recibe, si no de La Comunidad, o de aquellos a
los que va llegar su fruto
Por poner un ejemplo, la
facilidad de predicar un sacerdote, un diácono es un carisma, pero no le
beneficia a él, si no a quien le oye, la de perdonar los pecados, de consagrar
Todos tenemos carismas,
todos cada uno el suyo, sólo hace falta
descubrirlo y ponerlo al servicio de La Iglesia; de la humanidad
Pero no va de carismas en
general, si no del Don de Lenguas, llamado también en griego “glosopeda”
Que aparece en Pentecostés, y es
lo contrario de Babel; en Babel los hombres quieren hacer un zigurat, una torre
de 7 pisos, porque asi se imaginaba el Cielo, y en el 7º estaba moraba la
divinidad, de ahí viene la frase, “Estar en el 7º Cielo”
Babel él querer ser como Dios divide a los hombres,
los lleva a confusión, a hablar otras lenguas, las lenguas del dominio, de la
explotación, del racismo, Pentecostés al dejarse el hombre, los Apóstoles,
invadir por Dios, los lleva a poder hablar a todos en su propia lengua
El Don de lenguas, no consiste en
que una persona sin estudios se ponga hablar idiomas, ni fue eso lo que paso en
Pentecostés, y claro que si Dios quiere puede hacerlo, pero no es eso, en aquella época todos hablaban el latín, y,
muchos el griego, de eso se encargaba Roma
Pero cada uno, tenía su cultura,
sus problemas, su vivencia de su fe, todos eran judíos, unos de Israel, otros
de la diáspora, y otros conversos
Pedro y los otros 10, son hombres
incultos, que sólo saben expresarse entre su gente, y de repente, Pedro habla con valentía,
cantando las verdades del barquero ante toda aquella gente, tanto que los toman por borrachos, porque todos entienden lo que dice, cada uno
lo entiende, lo escucha y se siente interpelado, dentro de su conciencia
Si se hubiesen puesto a hablar en
20 idiomas distintos, cosa imposible pues sólo eran 12, las señoras no
contaban, pues los que no eran de ese
idioma no habrían dicho, los oímos en nuestra lengua; si no que hubieran dicho, que es esto, estarán posesos
A veces uno va oír una
conferencia, incluso una homilía, la persona puede ser un gran orador, pero
sólo pronuncia palabras, y, al salir
muchos comentan, “no le entendí nada, ¿Y, usted?”
Otras veces, personas sencillas
dicen; “Habla bien, pero para gente instruida, no para los que no hemos podido
estudiar”; o a la inversa; “Esto no me
dice nada, es demasiado sencillo, como para niños, o ignorantes”
Pero esta también, aquel al que
todos entienden, cuya palabra, que en realidad no es suya, interpela por
dentro, ya sea a ricos o pobres; estos tienen el Don de lenguas, que no tiene,
porque ser oral, puede ser escrita
Pero junto con el Don de lenguas,
que incluye también la proclamación de la Palabra; esta, está
el Don de oído, de no cerrarse, porque
por muy claro que el otro hable, si yo no quiero escuchar no escucho; los que
estaban en Pentecostés, escucharon, y,
preguntaron e hicieron lo que Pedro les dijo, Pedro hoy es Francisco, pues a
escucharlo