martes, 6 de diciembre de 2016

El Don de Lenguas



Me hace falta el don de lenguas. Nos hace falta el Don de lenguas pero qué es

Me hace falta el don de lenguas, nos hace falta;  para comunicar, La Fe, para hablar al mundo, a la creación de que Jesús está vivo, lo demás es consecuencia de ello, pero qué es el don de lenguas

No es hablar idiomas sin haber estudiado, no es hablar a los demás no en su idioma en sentido gramatical, si no en su lengua, en  su cultura, en su vida, es encarnarse en cada uno, como hizo el Verbo, hay personas que siempre dicen lo que tienen que decir, guste o no, que todo el mundo las entiende, lo que no quiere decir ni mucho menos gusten a todos, otros que hablan perfectamente, nadie les contradice, porque les entienden muy pocos

El don de lenguas es hablar claro,  sin abandonar la propia defensa, como los Apóstoles, Pedro en Pentecostés, que lo primero que hizo, fue rebatir que no estaban borrachos

Las personas que estaban ese día, conocían todos,   el griego, y, el latín, algunos hasta el hebreo, no tenían idioma propio, Roma había llevado su lengua, y, Grecia su cultura, pero no era  el mismo modo, de entender la vida, la relación con Dios, con el prójimo la de unos que la de otros, y, ahí fue donde llegaron Pedro y los 10; cada uno oyó hablar de Dios, y lo entendió en su cultura, en su vida, “en su lengua”
Si pongamos los partos hablasen el parteño;  los cirenses, el cirenaico, y, los romanos el latín

O eran todos poliglotas, o, uno entendería su idioma, pero referido al de los otros diría, qué dicen

Además porque iban a decir, “Están borrachos”, porque hablasen idiomas, los borrachos no hablan idiomas; más bien dirían que cultos estos galileos que parecían unos ignorantes; lo que les hace pensar que no están en sus cabales es que ellos unos don nadie, tengan el valor  de decir les a ellos, donde hay todo tipo de clases sociales, las verdades del barquero, mejor dicho la verdad de Dios

Pero esto es un don; un don del Espíritu Santo, que da cuando quiere, como quiere, y, a quien quiere, don que no tiene porque ser de palabra oral, puede ser escrita, pero como en el caso de los Apóstoles, la vida lo ha de ratificar,  porque cuando se borra con la vida, no vale para nada

Y, junto con el don de lenguas, el don de oídas menos mencionada, pero existente igual, porque a veces Dios nos habla, y, no nos da la gana de oír, los de Pentecostés si oyeron, y, actuaron en consecuencia