sábado, 1 de febrero de 2014

peor apostasía negar a Jesús con la propia vida

Apostasía, es abandonar la Fe verdadera, para aceptar una que se sabe que no lo es, en la que no se cree, y, que aún creyendo en el verdadero Dios, como el Islam, o, aceptando el AT, que espera al Mesías, y, cree en el verdadero Dios, no cree en la Trinidad
La apostasía, es el mayor pecado que, puede cometer un cristiano.
Pero hay una apostasía larvada oculta, que no se ve, la de aquellos que pese a confesarse cristianos de palabra, y, con cruces en su cuello, o, estampas en su cartera, niegan la Resurrección de Jesús con su vida.
Son los cristianos, tristes apáticos, siempre de viernes santo, cuando estamos en realidad en Pascua siempre, no me refiero litúrgicamente, triste, un seguidor de un Hombre que venció, ni más ni menos que a la muerte, no se entiende, salvo que, no se crea.
Los que no forman su Fe, porque ya lo saben todo, y, siguen a los 30, 40, 50, 60, etc con el traje de primera comunión, y, ya les queda corto, así por falta de formación lo tragan todo, y, tienen una ensalada mental, que si oyen decir que la Trinidad son 12 personas les da lo mismo.
Los que aún no se han enterado que son Iglesia, y, pasan de la misma, bueno, la usan en su provecho, el Papa puede bendecir, y, condenar lo que a ellos les parezca bien, de lo contrario será, desde un retrogrado, a un izquierdista, o, hasta un hereje, o, lo silenciaran, eso, si se enteran de lo que dice, porque no suele importarles mucho, lo que ha dicho el político tal, o, cual, o, el artista
Los que tienen acepción de personas, y, son incapaces de distinguir entre acto, y, autor, y, discriminan por sexo, raza, religión, opción sexual
Los que prestan más oídos a una novelucha, mal escrita, que al Evangelio
Los que tienen dudas de Fe, porque en el telediario, han dicho no sé que del hallazgo de unos huesos, de unas tablillas, cuando deberían desternillarse con la risa
Son los que habiendo recibido de Jesús el mandato del Amor, odian y, discriminar a sus hermanos los hombres
Los que callan ante el mal, por miedo
¿Cuántas veces lo habremos sido, tú, yo?,. Pero con Dios, siempre podemos pedir perdón, y, recomenzar, y, no sólo nosotros



Así pues, si lo hemos negado, si hemos cometido esta apostasía larvada, empecemos a ser fieles