sábado, 1 de febrero de 2014

Cruz, y, cruces



Hace un tiempo, leí en un librito editado por Monte Carmelo, una reflexión sobre las cruces buenas, y, no buenas, hablaba de cruces, que no son más que de soberbia y, decía que no se refería a la laureada de San Fernando; aunque también; si no a los deseos que tenemos de sufrir, de morir como héroes, y, encima felices; y contentos; hablaba, también de que, ningún santo; había muerto así.


Habría mucho que, matizar al artículo; pero no quiero referirme a él, sólo me he servido de su título, porque también voy escribir sobre; La Cruz, y, las cruces


La Cruz de Jesús, en primer lugar, la Cruz redentora, no por Ella, si no por el hecho de que, La Persona que, estuvo allí, era divina, y, porque ese ser humano, porque era un ser humano; resucito, La Cruz, sin la, Resurrección no salva, y, a veces se olvida


Nuestras cruces, sólo salvan, sí son de la madera; de la de Jesús, las otras no, valen para nada, y, si valen es porque Jesús que es muy pillo, sin que nos demos cuenta hace un injerto: de la madera de la suya


Cruces, sufrimientos aceptados sin resignación; porque la resignación no es cristiana, aceptados como medio corredentor, pero luchando al mismo tiempo contra ellos, en la medida de lo posible, no podemos tolerar injusticias por penitencia, si sufrirlas; si no podemos hacer otra cosa.


Las mortificaciones que nos ponemos a nosotros mismos, la penitencia de la confesión, todo eso, son cruces buenas


Luego están; las cruces que ponemos a los demás, esas no son buenas, no tenemos ningún derecho, a amargar la vida del prójimo, si este hace de esa cruz; una cruz buena, el mérito de Jesús, y, suyo


Y. están las cruces malas, el dolor de los que no creen, dolor del tipo que sea, el dolor causado como consecuencia del pecado, los enfermos de Sida, las mujeres con síndrome de aborto, las víctimas del terrorismo


El dolor causado por la naturaleza, desastres enfermedades


Todo eso son cruces, pero son cruces que por si solas, sólo llevan a la desesperación a quien lo sufre; son la cruz de Gestas, es preciso que las tomemos con cuidado, y, se las llevemos a Jesús, para que, haga el injerto en la Suya, y, para que el dolor esos seres humanos, sea también su, Camino de Redención