El Espíritu Santo, antídoto contra el miedo
El mejor y el más eficaz, los amigos de Jesús, incluso después de haberlo visto resucitado y glorioso, seguían con miedo, cerraditos, para que los señores de Sanedrín no viniesen por ellos, pero vino La Ruhaj divina como Fuego y Viento, los puso en pie, y se enfrentaron sin miedo no al Sanedrín, no al Pueblo, sí a esos también a Reyes y Emperadores
Entre los mártires de Lyon, siglo III en Francia, hay dos figuras que destacan, una es una joven esclava Santa Blandina, y el otro un anciano de 99 años, algo insólito en la época llamado Potino
Todos los cristianos tenían miedo de que ambos claudicasen y cayesen en la apostasía, Blandina era muy débil y tenía mucho miedo a los tormentos; Potino por su edad no resistía el dolor, así que oraron a Dios pidiendo el Espíritu Santo, para todos para que les diera fortaleza, y de un modo especial para aquellos dos hermanos
Pues bien tanto Blandina, como Potino, aguantaron los tormentos con una sonrisa, bendiciendo a Dios, murieron perdonando a sus asesinos
El Espíritu Santo les dio la Fortaleza, les saco el miedo al mundo, a la muerte y al dolor