El hijo de Saúl. Película de
Lazlo Memes año 2015
Hacía tiempo que tenía ganas de ver esta película, por todo
lo que había oído sobre ella. Todos los sitios donde había oído, o, leído sobre
ella me merecían confianza, me merecen, pero también me dieron un poco de miedo
No tenía ganas de ver otra película mostrando el dolor a lo
bruto, porque no lo creo necesario, y, ya me llego con “La Pasión, el pianista,
y, Soraya”
Y, todo lo que había leído y escuchado, es que mostraba, la
maldad humana, de una forma como nunca se había mostrado, pero también el modo
de reaccionar ante el mal, que era muy cruda, muy dura…
Cuando la emitió tv española, la grabe para verla un día que me sintiese valiente,
antes de que se borrase
Y, fue el domingo pasado. Al empezar estuve a punto de
dejarlo, cuando el director dijo, que no quería una película la gente llorase,
porque eso se olvida, sino una película que fuese un puñetazo en el estómago,
que no se olvidase en semanas.
Me dispuse a verla diciéndome, que si resultaba en exceso
violenta o sanguinolenta, con dejarla. Punto y final, pero nada de eso
En realidad no hay ni violencia que se vea, ni sexo, porque
si hay violencia, y, que violencia
Lo duro de la película es que muestra el mal, sin mostrarlo,
como se lo encontraban sus victimas
La película empieza con unos hombres marchando y cantando un
himno, luego se ven unas personas que se desnudan sólo se muestra su espalda,
se les pide cuelguen su ropa en la percha no olviden su número, para recogerla
al salir de las duchas, y, salgan pronto pues enfría la sopa, ya no se verán más, y, esto es lo trágico,
porque sabes que donde entraban era en
las cámaras de gas, que unos seres humanos fueran capaces de hacer eso, a otros
humanos, muestra lo abyectos que podemos llegar a ser
Aparece el protagonista, Saúl, un prisionero judío húngaro,
que tiene el trabajo de retirar los cuerpos de las cámaras lo que no se ve, y,
fregarlas, esto sí se ve, y, se ve como
este hombre no se revela, acepta la situación criminal e injusta como medio de
salvar su propia vida, aunque sepa que al final, la acabara perdiendo
Hasta que un día, ante el cadáver de un niño, algo se revuelve en él, no quiere
incinerarlo, y, tirar sus cenizas, quiere que tenga un funeral judío, para ello
busca con ayuda de otros un rabino, sólo encuentra uno que llaman el renegado,
y, la complicidad del médico que hace las autopsias a, algunos prisioneros, y,
que es otro prisionero
Pero en principio no quieren ayudarle, quieren organizar una
revuelta, y, no entienden, porque han de arriesgarse por el cadáver de un
niño, por eso les dice que es su hijo,
de ahí, el título “El hijo de Saúl”, y, al final consigue lo que quiere
La actitud de Saúl, puede parecer inútil, infantil, pero no
lo es, al enterrarlo, al hacerle el funeral, al orar por él, le está
devolviendo la dignidad humana, que sus verdugos intentaron sacarle, y, él se
la devuelve a todas las víctimas
La película te enseña que el mal si puede estar en el ser
humano, pero también el bien, y, que a veces
lo único que se puede hacer por las victimas sea orar por su descanso
eterno, condenando con ello a sus asesinos
Si tenía razón el director no te hace llorar, y, no es un
puñetazo al estómago, es un puñetazo al alma.