Sin el Espíritu Santo, somos como
cadáveres
Mejor dicho somos cadáveres, si
respiramos, andamos comemos, pero como dice La Escritura, “tienes nombre de
vivo, pero estas muerto”, así somos nosotros, si no tenemos la Espíritu Santo,
por eso nuestras acciones serán acciones de muerte
No es que nos volvamos cobardes,
es que un muerto no puede hacer nada
Y, si ya no tenemos fuerza para
ponernos al lado de la Fe, de La Verdad, de la Justicia, de La Vida, si nos
acomodamos a todo, porque nadie nos manda meternos en líos, si nada nos importa
No es que seamos malos
Es que estamos muertos
Y, los muertos apestan, por eso
nuestros actos huelen mal
Sólo hay un remedio, que Dios nos
vuelva a acoger, que nos dejemos acoger, que nos reconciliemos con Él
Si somos católicos en la
confesión
Y, entonces, el Espíritu Santo,
volverá a nosotros, y nuestras obras serán obras de vida