“Llegará un tiempo, en que los que están en el sepulcro, oirán
la voz del Hijo del Hombre, y saldrán unos para vida eterna, otros para eterna
confusión” ev de Jn
Siempre se ha visto este
versículo como relativo a la resurrección de los muertos, y, no, voy ser yo, quien lo niegue, pero como la
Escritura no se agota en una sola cosa, yo veo aquí otro significado
El enfrentamiento del hombre con
su conciencia, con Dios, llegara un momento, a unos será el día de su muerte,
otros ante un hecho que les cuestione, etc.,
en que los que están en el sepulcro, es decir los que están muertos, no
físicamente, si no espiritualmente, los que han rechazado la luz, los que viven
en el Mal, oirán la voz del Hijo del Hombre, no, la voz física, si no que se
darán de bruces con la Voz del Hijo del Hombre, que es la Iglesia, que somos
los cristianos, que es su propia conciencia, formada, limpia no manipulada por
ellos mismos; que es La Escritura; no
solo la voz, si no la obras, que es la verdadera voz, y, entonces unos
sostenidos por la gracia abrazaran el bien, rechazaran el mal que hacían,
saldrán de “sus tumbas de iniquidad”, y comenzaran a caminar por el Camino que
es Cristo, incluso aunque no lo sepan
Otros al contrario, se
enfurecerán, echaran todo el veneno que
llevan dentro para generar otro mayor, y, atacaran a “la voz de Cristo”, no les
servirá de luz, los confundirá más, al rechazar la luz que lleva consigo, y
esto ya está pasando ahora, en realidad, paso, y pasa siempre
Lo malo es que nos puede pasar
también a los que nos llamamos cristianos, por eso La Escritura advierte, porque
puede uno, tener nombre de vivo, y,
estar en realidad muerto, por ello es preciso vigilar, y examinarse ante Dios