María del Evangelio; o María de las cofradías, que imagen de María, es la real. Con todo respeto tengo que decir, que salvo la procesión del Corpus, en la que va El Señor sacramentado, y, no una imagen, y, las de Semana Santa, que son representaciones plásticas de la Pasión,
No le veo sentido a pasear una imagen por las calles, lo respeto.
Pero el tema no es ese, sino el de la imagen de María La Virgen Madre, que nos da el Evangelio, y, lo tomo en sentido amplio, no sólo los 4 Evangelios; sino también la enseñanza de La Iglesia desde los Padres, los Concilios, la liturgia.
O la que brindan las cofradías, donde a veces el lujo, las joyas que porta la imagen son escándalo, no edificación para los débiles, el culto casi idolatrico, mejor dicho sin el casi, pues en muchas de sus oraciones usan la palabra "adorar", dirigida a María, como sucede en la Salve rociera, la competición de unas cofradías con otras, a ver quien tiene la virgen mejor vestida, que más cuadraría a cofradías de Athenea, o Minerva, o Isis; que a la imagen de la judía María de Nazaret, mujer humilde, Madre de un rabino judío crucificado, y resucitado, Hijo eterno de Dios, Dios como el Padre, por lo que María es Madre de Dios en la humanidad de la Persona del Hijo; pero es criatura, no diosa, y, Jesús sólo tuvo y tiene una Madre, María, "Esperanza de Triana, Macarena, Dolorosa...bien si se toman como lo que son, recuerdos cariñosos, advocaciones, distintas formas de llamar a la única criatura humana que es Madre de Dios,
Pero resulta que al enfrentarse o querer una cofradía superar a otra, al enfrentar "imágenes, advocaciones"; están llevando la idea de dos o varias personas distintas, y, así no falta quien avise que mejor es "la virgen X, que la Z", y, naturalmente sin que Dios cuente para nada, María hecha un ídolo. Eso es lo que para mi consiguen las cofradías
Luego esta el testimonio. Hace años, los miembros de una cofradía andaluza, se negaron a firmar una petición contra el crimen del aborto, aludiendo que no se metían en esas cosas, esas cosas era defender la vida de los inocentes no nacidos. El motivo no espantar al turismo.
Por todo ello yo, personalmente me quedo con la imagen real, la que me brinda El Evangelio, La Tradición apostólica, los Concilios, El Magisterio ordinario, y, si uso a veces las advocaciones, aunque prefiero invocarla, como Hermana, María, Amiga, Madre, Señora, pues todo le cuadra, siempre como atajo a Jesús, Co Mediadora con Él y, por Él, Único Salvador ante el Padre, intercesora, criatura santísima, por los méritos de su Hijo,