jueves, 23 de enero de 2020

Reflexión Sexto día del Octavario, ¿Somos acogedores?

En el Sexto día del Octavario se nos presenta la siguiente Reflexión

Reflexión
Después de las dificultades y los contratiempos de la tempestad en mar abierto, la ayuda práctica ofrecida por los isleños se experimenta como una solicitud poco habitual por los náufragos que habían sido llevados por las olas hasta la orilla. Tal solicitud demuestra nuestra común humanidad. El evangelio nos enseña que cuando somos solícitos con los que pasan necesidad estamos mostrando amor al mismo Cristo (cf. Mt 25, 40). Más aún, cuando mostramos una solicitud amorosa hacia los débiles y los desposeídos, estamos afinando nuestros corazones con el corazón de Dios en el que los pobres tienen un lugar especial. Acoger a los de fue ra, tanto si son personas de otras culturas o creencias, inmigrantes o refugiados, es a la vez amar al mismo Cristo y amar como ama Dios. Como cristianos, estamos llamados a dar un paso adelante en la fe para llegar, con el amor de Dios que todo lo abarca, también a aquellos que nos cuesta amar más.

No precisa comentario solo decir que por desgracia no faltan quienes llamandose cristianos, rechazan a los inmigrantes y hasta presumen de ello, casi siempre suelen ser personas que también rechazan orar por y con otros cristianos, no dudando en atacarlos con la indiferencia, el insulto y hasta la calumnia, y, quien rechaza a su hermano, pues eso, somos los cristianos todos, no importa el nombre es decir La Iglesia o Comunidad a la que pertenezcamos, como no va rechazar al extranjero

Sin embargo cuando sabemos acoger, estamos acogiendo al propio Cristo,  haciendo Unidad y, orando sin Palabras al Padre, para que el día por el señalado, nos una en La Iglesia Cuerpo de su Hijo, para que el mundo crea y se salve para gloria del Dios Uno y Trino.

Oración
Dios del huérfano, de la viuda y del extranjero, inculca en nuestros corazones un sentido profundo de hospitalidad. Abre nuestros ojos y nuestros corazones cuando nos pides alimentarte, vestirte y visitarte. Que nuestras Iglesias sean activasen acabar con el hambre, la sed y el aislamiento, y en superar las barreras que impiden acoger a todas las personas. Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo, Jesús, que está presente en el más pequeño de nuestros hermanos y hermanas. Amén.


Que Santa María La Madre de Jesús, y, sus hermanos que somos todos los bautizados, es más llamados a serlo todos los seres humanos.

El Cardenal Newman, que vivió el drama de la separación
Pablo VI, que no dudo en pedir perdón a Athenagoras
Luther Küng que soñó con un mundo sin odios raciales, donde todos fueran uno
El Pastor Bonhofer,  victima de Hitler por su fidelidad al Evangelio. Rueguen a Cristo, por todos los cristianos.