viernes, 19 de enero de 2018

Segundo día del Octavario orando con el Evangelio 2, y con el comentario


La parábola del samaritano.  Segundo día de oración por La  Unidad

“Parábola del samaritano” Lc 10, 25-37

 Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba:  "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?"

 Jesús le preguntó a su vez: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?"
Él le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu,  y a tu prójimo como a ti mismo". 

 Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: "¿Y quién es mi prójimo?"

 Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. 
 Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. 
 También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. 
 Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. 
Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo.
 Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver". 
 ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?"
 "El que tuvo compasión de él", le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma manera"
Aunque no lo parezca, no eran malas personas, ni el levita ni el sacerdote judío, eran persona observante de La Ley, si se acercaban al herido, quedarían impuros, y, no podrían cumplir con su función litúrgica, si estaba muerto era peor, pues los hacía impuros
Hoy todavía pese a la libertad que nos trajo Jesús,  hay cristianos que pierden el tiempo en zarandajas
El samaritano, en el fondo creía más o menos lo mismo, no en su totalidad, pero si lo importante, como la espera del Mesías, digamos que era hijo de Abraham y de Jacob de otro modo, un hermano separado, pero para los judíos era un enemigo, un hereje, menos que un gentil
Y, el samaritano en el fondo pensaba tres cuartos de lo mismo, de los judíos, por eso, lo normal habría sido, que no se metiese en líos y siguiese caminando no lo hizo, hizo más de lo debido
Pero esa parte ya es conocida
Lo que me llama la atención ahora en el segundo día de oración por La Unidad es que cuando Jesús, pregunta al rabí, cuál cree que fue el prójimo, el próximo del herido. Este no pronuncia la palabra samaritano, antes de dejaría matar, dice, “supongo que él que tuvo con él misericordia”
Y, Jesús le dice, “Pues ve, y, haz tu lo mismo” es decir imita a ese, al que ni siquiera nombras
Y, a mí, como cristiana católica, me dice, ve e imita a tantos cristianos no católicos, que viven el Evangelio, que me aman en sus hermanos, porque no hay herejes ni cismáticos solo miembros de Cristo e hijos de Dios
María Gabriela Saghedu, monja trapense. Ruega por nosotros
Mártires cristianos de todos los tiempos. Rogad por nosotros
Pedro y Pablo. Ruega por nosotros
Lutero, hermano que buscaste La Verdad en tu debilidad. Ruega por nosotros
Madre Teresa.                        Ruega por nosotros
Hermano Roger de Taízé.         Ruega por nosotros
Cardenal Newman.                 Ruega por nosotros
María Virgen, Madre de Jesús, y todos sus hermanos. Ruega por nosotros

Te lo pedimos Padre, guiados por tu Santo Espíritu por Jesús, tu Hijo, único Mediador

Otras lecturas de este día


DÍA 2
Y no ya como esclavo, sino como algo más, como hermano muy querido

Génesis 1, 26-28 
Dios creó al ser humano a su imagen
Salmo 10, 1-10
Señor, ¿por qué permaneces lejos y te ocultas en tiempo de angustia?
Filemón
Y no ya como esclavo, sino como algo más, como hermano muy querido
Lucas 10, 25-37
La parábola del buen samaritano

Oración
Dios misericordioso,
muestras tu cercanía a los que son víctimas del tráfico de seres humanos,
asegurándoles que conoces su situación y que escuchas su grito.
Que tu Iglesia, manteniéndose unida, pueda luchar con compasión y valor
para que llegue ese día en el que nadie será explotado
y en el que todos podrán ser libres para vivir en paz unas vidas dignas.
Esto pedimos en nombre del Dios trino que puede hacer
infinitamente más de lo que podemos pedir o imaginar.
Amén.

La diestra de Dios

está levantando en nuestra tierra.
Levantando a los caídos uno a uno;
cada uno es conocido por su nombre,
y salvado ahora de la vergüenza,
al levantarse la diestra de Dios.


Reflexión

Una de las primeras cosas que aprendemos acerca de Dios en la Biblia hebrea y cristiana es que Dios creó al ser humano a su imagen. Sin embargo, esta verdad profunda y hermosa ha sido con frecuencia oscurecida o negada a lo largo de la historia humana. En el Imperio romano, por ejemplo, se negaba la dignidad de los que eran esclavos. El mensaje del evangelio es completamente distinto a esto. Jesús desafió las normas sociales que devaluaban la dignidad humana de los samaritanos, indicando al samaritano como el «prójimo» de aquel que había sido asaltado camino de Jericó –un prójimo que debe ser amado, según la Ley–. Y Pablo, valiente en Cristo, habla del esclavo Onésimo como de un «hermano muy querido», transgrediendo las normas sociales de su época y afirmando la humanidad de Onésimo. El amor cristiano debe ser siempre un amor valiente que se atreve a cruzar fronteras, reconociendo en los demás una dignidad igual a la nuestra. Como san Pablo, los cristianos deben ser «suficientemente valientes en Cristo» para levantar una voz unánime que reconozca claramente como sus prójimos y sus hermanos y hermanas muy queridos a las víctimas del tráfico humano y de este modo trabajar juntos para poner fin a la esclavitud de los tiempos modernos.

y, esto hemos de hacerlo juntos todos los cristianos