Quinto día de oración por La Unidad Octavario 2018
Me quedo con el Evangelio, y, con el párrafo
Lucas 18, 35-43 ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!
“Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía.
Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret.
El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!"
Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!"
Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó:
"¿Qué quieres que haga por ti?" "Señor, que yo vea otra vez".
Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado".
En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.”
Como el ciego, también nosotros clamamos a Jesús, que nos abra los ojos, que nos haga ver, todo lo que nos une, y, nos ayude a superar, y vencer lo que nos separa
Reflexión
Nos podemos imaginar el ruido del gentío cuando Jesús entra en Jericó. Muchas voces acallan el grito del mendigo ciego. Su presencia es embarazosa y es un estorbo para los demás. Pero a través de todo este tumulto, Jesús oye la voz del ciego, del mismo modo que en las Escrituras Dios siempre escucha el grito del pobre. El Señor que sostiene al que flaquea no solo escucha, sino que interviene. De este modo la vida del mendigo se transforma totalmente.
La desunión de los cristianos puede ser parte del tumulto del mundo y de su caos. Como las voces que discutían a las afueras de Jericó, nuestras divisiones pueden ahogar el grito del pobre. Sin embargo, cuando estamos unidos nos volvemos más plenamente la presencia de Cristo en el mundo, con más capacidad para oír, escuchar y responder. De este modo, en vez de aumentar el volumen de la discordia, nos hacemos más capaces de oír y, en consecuencia, de discernir las voces que más necesitan ser escuchadas.
También todos los implicados de la forma que sea en el Ecumenismo, en la búsqueda de La Unidad somos molestos, molestos a los que querrían una Iglesia, unas Iglesias, Comunidades de solo ritos centradas no en Cristo, si en ellas mismas, en su pasado, en sus glorias, cuando solo importa La Gloria de Dios
Por eso, el camino no es fácil, pero Jesús va delante
Oración
Dios de amor,
que levantas al pobre y desvalido
y restableces su dignidad.
escucha ahora nuestros gritos por los pobres de nuestro mundo,
restablece su esperanza y levántalos,
para que todo tu pueblo pueda ser uno.
Esto te pedimos en el nombre de Jesús.
Amén.
DÍA 5 ¡Escucha el grito de mi pobre pueblo desde todos los rincones de la tierra!
María Gabriela Saghedu monja trapense ruega por nosotros
mártires cristianos de todos los tiempos. Rogad por nosotros
Pedro y Pablo. Rogad por nosotros
Lutero hermano que buscaste la verdad en tu debilidad. Ruega por nosotros
Madre Teresa. Ruega por nosotros
Hermano Roger de Taizé, Ruega por nosotros
Cardenal Newman Ruega por nosotros
María Madre de Jesús y todos sus hermanos. Ruega por nosotros
Te lo pedimos Padre, guiados por tu Santo Espíritu por Jesús tu Hijo, Único Mediador
Otras lecturas de este día
Deuteronomio 1, 19-35 El Señor vuestro Dios va delante de vosotros
Salmo 145, 9-20 El Señor sostiene a cuantos flaquean
Santiago 1, 9-11 El rico se desvanecerá como la flor de la hierba
Lucas 18, 35-43 ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!
Me quedo con el Evangelio, y, con el párrafo
Lucas 18, 35-43 ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!
“Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía.
Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret.
El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!"
Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!"
Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó:
"¿Qué quieres que haga por ti?" "Señor, que yo vea otra vez".
Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado".
En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.”
Como el ciego, también nosotros clamamos a Jesús, que nos abra los ojos, que nos haga ver, todo lo que nos une, y, nos ayude a superar, y vencer lo que nos separa
Reflexión
Nos podemos imaginar el ruido del gentío cuando Jesús entra en Jericó. Muchas voces acallan el grito del mendigo ciego. Su presencia es embarazosa y es un estorbo para los demás. Pero a través de todo este tumulto, Jesús oye la voz del ciego, del mismo modo que en las Escrituras Dios siempre escucha el grito del pobre. El Señor que sostiene al que flaquea no solo escucha, sino que interviene. De este modo la vida del mendigo se transforma totalmente.
La desunión de los cristianos puede ser parte del tumulto del mundo y de su caos. Como las voces que discutían a las afueras de Jericó, nuestras divisiones pueden ahogar el grito del pobre. Sin embargo, cuando estamos unidos nos volvemos más plenamente la presencia de Cristo en el mundo, con más capacidad para oír, escuchar y responder. De este modo, en vez de aumentar el volumen de la discordia, nos hacemos más capaces de oír y, en consecuencia, de discernir las voces que más necesitan ser escuchadas.
También todos los implicados de la forma que sea en el Ecumenismo, en la búsqueda de La Unidad somos molestos, molestos a los que querrían una Iglesia, unas Iglesias, Comunidades de solo ritos centradas no en Cristo, si en ellas mismas, en su pasado, en sus glorias, cuando solo importa La Gloria de Dios
Por eso, el camino no es fácil, pero Jesús va delante
Oración
Dios de amor,
que levantas al pobre y desvalido
y restableces su dignidad.
escucha ahora nuestros gritos por los pobres de nuestro mundo,
restablece su esperanza y levántalos,
para que todo tu pueblo pueda ser uno.
Esto te pedimos en el nombre de Jesús.
Amén.
DÍA 5 ¡Escucha el grito de mi pobre pueblo desde todos los rincones de la tierra!
María Gabriela Saghedu monja trapense ruega por nosotros
mártires cristianos de todos los tiempos. Rogad por nosotros
Pedro y Pablo. Rogad por nosotros
Lutero hermano que buscaste la verdad en tu debilidad. Ruega por nosotros
Madre Teresa. Ruega por nosotros
Hermano Roger de Taizé, Ruega por nosotros
Cardenal Newman Ruega por nosotros
María Madre de Jesús y todos sus hermanos. Ruega por nosotros
Te lo pedimos Padre, guiados por tu Santo Espíritu por Jesús tu Hijo, Único Mediador
Otras lecturas de este día
Deuteronomio 1, 19-35 El Señor vuestro Dios va delante de vosotros
Salmo 145, 9-20 El Señor sostiene a cuantos flaquean
Santiago 1, 9-11 El rico se desvanecerá como la flor de la hierba
Lucas 18, 35-43 ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!