Jesús se revela a la Magdalena.
Tras hablar con Pedro y Juan, volvió al huerto, vio o creyó ver a un jardinero, que le pregunto el motivo de su llanto, y, ella le pidió le devolviese el cuerpo de su Maestro, que ella lo llevaría, como si ella pobre mujer pudiese con un cadáver, el jardinero sonrió, y la miro con aquella mirada profunda, que te desnudaba el alma, aquella mirada que curaba; y, dijo una sola palabra su nombre, “María”, entonces se revolvieron sus entrañas, ya no tenía duda, era él, era el Maestro, al que había visto morir, lo tenía allí para siempre, nadie la separaría del, nadie, hizo además de echarse a sus pies, pero él la detuvo
“No quiero que me toques, aún no he subido a mi Padre, pero ve a mis hermanos y diles, subo a mi Padre,, y, a vuestro Padre, a mi Dios, y, a vuestro Dios”
No entendía nada, de modo que se iba, y, ella tenía que llevar un mensaje extraño que no le iban a creer, bueno pues allá ellos, ella sólo tenía que comunicarlo, alzo la vista para verlo ya no estaba emprendió el camino, vio el jardinero, se dijo, ahí esta de nuevo, el hombre alzó la vista.
Qué quieres mujer, no debes andar sola por aquí no es seguro.
Quiso esbozar una sonrisa, una disculpa pero sólo dijo, gracias
Llego junto a los 11, nadie la creyó, bueno nadie no, las otras mujeres sí, y, la Madre, la Madre le dijo que ya creerían eran hombres y, que mi Hijo no se enfade, pero no tienen la inteligencia que el Eterno nos dio a nosotras, excepción de mi Niño
Madre, dijo María se va al Padre, nos deja solos
No hija, no ves que El Padre es nuestro Dios el Dios de Israel y esta en nosotras, y, en todo lugar como en ese pajarillo que esta cantando en esa rama
Si, mamá dijo de nuevo María, y, sobre todo en tu corazón, y, como si volviese a ser una niña, se recostó en La Virgen madre, y, se quedo dormida.
