Buscar entre los muertos al que vive, buscar la Vida en la muerte.
Hacer lo sería un contrasentido en la muerte sólo se puede hallar la muerte, a una persona que está viva no se la puede buscar entre los muertos, a Jesús no lo podemos buscar ni tratar como un personaje del pasado que fue, ya no es, como a Julio César.
No Jesús está vivo, y, no en un sentido metafórico, en él que también lo está Julio César, no Jesús está vivo hoy, aquí y ahora, porque ha resucitado, está vivo con su Cuerpo glorioso y místico que es La Iglesia, de la que todos los bautizados formamos parte, aunque no todos con la misma plenitud.
Esta con su Cuerpo glorioso en el Sagrario bajo las especies del pan y el vino, está a la derecha del Padre que está en todo lugar, y de modo especial en el corazón del hombre
Está como crucificado en todos los crucificados del mundo
Está en La Escritura, que es su Palabra, y, Él es La Palabra, está en el otro, en mí en todos.
Claro que se pueden leer biografías de Jesús, pero no podemos preguntarnos qué dijo Jesús, sino qué dice Jesús.
Porque su tumba está vacía
