El juicio llega de improviso, sólo queda confiar en Dios
El juicio de Dios., no es como el de los tribunales humanos, es de Justicia,
Dios nos juzga para hacernos justos, el Juicio consiste en que Dios ilumina nuestra conciencia, primero para que sepamos su voluntad, que se nos manifiesta por la conciencia, la Escritura, la Iglesia
Dios nos ilumina haciendo que reconozcamos nuestro pecado, una vez hecho esto, tenemos dos opciones
Una pedir perdón, y, de la Mano de Dios empezar de nuevo, o, seguir empeñados en el Mal, y, decir que No, a Dios, si la muerte nos sorprende en ese No, será el infierno, al que nos habremos enviado nosotros mismos, no Dios
Ese es el juicio particular, el llamado universal, que es una forma de decir, porque el juzgado ya no volverá a serlo, es el que toda la humanidad tendrá sobre el amor, porque si Dios en los otros no es lo primero, todo lo demás es perdido
Nadie sabe, si dirá a Dios que sí, hasta donde llegará la prueba, pero hemos de confiar en Dios Él no falla, con Jesús le diremos que Sí
Confiar en Él, pero tenernos miedo a nosotros mismos.