En el día del cierre del
Octavario 2019
Reflexiono sobre la frase central del
2º día
Decid simplemente: «sí» o «no» (Mateo 5, 37)
Esto no solo prohíbe el juramento, si no, que nos exige que nuestra
palabra la palabra de los cristianos sea verdad que baste la misma sin
necesidad aludir a Dios, directa o indirectamente, ni prometer por la propia
conciencia que si el que promete no es creyente
para mi tiene con todo respeto y cariño el mismo valor que si lo promete
por el rabo de su gato, o su perro, menos aún si es sobre cosas que pueden ser
cambiadas, como La Constitución de un país
Pero cuando la persona creyente o no,
es veraz, entonces su sola palabra basta, “ quien lo dice” lo dice
Fulano, lo digo yo, si uno no miente, si Fulano no miente no hacen falta más
garantías
Por desgracia vivimos en un mundo de mentira, por eso la facilidad para acudir al juramento, gracias a Dios los
políticos acuden cada vez más a la promesa, al menos el Segundo mandamiento por
ese lado no lo quebrantan
Aprendamos a ser personas de palabra, Si, para el Sí, No, para el No