Dios siempre es fiel, aunque seamos infieles. San Pablo lo dice con una frase, "Si le somos infieles el permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo", nuestro Dios, el Dios fiel, el Dios de la Alianza, "Es él que es", es siempre el mismo, no cambia, los seres humanos cambiamos, Dios no, Dios es Amor desde toda la eternidad, y, por ello es misericordia
Da sus dones sin fecha de caducidad
Nos hizo libres y respeta nuestra libertad, pero hace todas las trampas que puede para que no digamos que No, y, sí lo hemos dicho, tengamos valor para rectificar, Dios ama a todos, y a cada uno, cuando lo ofendemos sigue amándonos, y, quiere nuestro regreso, y, si siendo crucificado de nuevo en la naturaleza humana que asumió, el pecador más depravado, se convirtiese lo haría
Por eso, quien va al Infierno, no va por un dios que quiera hacerse justicia, al estilo de los dioses paganos, va porque voluntariamente ha rechazado el Amor de Dios, sus llamadas, porque ha optado por el Mal, y, se ha puesto de espaldas a Dios y al hermano, ha cerrado sus ojos al Bien, ha dicho No, a la Voluntad de Dios, que es decir No a Dios, él ha elegido "su lugar", pero si fuese posible, que no lo es, que él que esta en el Infierno se volviese a Dios, sólo para decir le "mirame, Señor, soy un miserable, merezco más que esto", Dios lo tomaría en sus brazos, como una mamá a su bebe, y, el Infierno desaparecería para ese hombre, pero encenegado en el Mal por él que opto voluntariamente, no lo hará, ninguno de los réprobos ni de los demonios, en el Cielo aún serían más desdichados
Dios no los destruye, porque su Amor se lo impide los sigue amando, son sus criaturas a las que conserva él ser, pues nada puede existir sí Dios no lo conserva, existen y, aunque no lo harán, la misma existencia es ya una ocasión para que se vuelvan y pidan misericordia.
Un Padre de La Iglesia Orígenes, creyó que llegaría un día, en que eso se produciría, lo llamó,, "Apocatastasis", sería El Triunfo absoluto del Cordero, pero La Iglesia no ha aceptado esta doctrina, así que los cristianos no podemos admitirla.
Lo que sí hemos de tener siempre en cuenta, que Dios es siempre fiel, y, no desconfiar nunca de su Misericordia, por mucho que hayamos pecado.