Casa de muñecas de Ibsen. Teatro
Nora es una mujer madre de familia, a la que su esposo trata como una muñeca; pero Nora guarda un secreto, para poder tratar una enfermedad de su marido, sin que este se diese cuenta, solicitó un crédito, para llevarlo a un balneario, y, tuvo que falsificar la firma del marido
Vive con miedo de que eso se sepa y dañe a Helmer el esposo. Es entonces cuando aparece en escena, un personaje que reclama a Helmer un puesto en el banco, donde esté es director, y, para conseguirlo, hace chantaje, a Nora, de contar lo que sabe, además él tiene la copia del crédito con su firma
Nora no cede, y, Helmer se entera, se entera de la firma, no del motivo, y, decide repudiar a Nora, seguirá viviendo en la casa, pero no serán ya esposos no puede perdonarle, ella le intenta explicar porque lo hizo, pero él, es incapaz de sentir piedad, no se para a escucharla, al final el chantajeador al que cambia, el encuentro con la mujer amada, será quien le explique a Helmer el motivo, Nora hizo lo que hizo, por él, por Helmer, por su esposo
Entonces decide, no pedir perdón, sino que todo vuelva a ser como antes, pero Nora, no puede seguir viviendo con el hombre que le ha demostrado que ella, no es lo primero para él, el hombre que no la comprendió ni perdono, al que solo le importa su posición
Puede parecer duro, que siendo madre, abandone a sus hijos, en realidad no los abandona quedan con el padre, Helmer es un buen padre, aunque no buen esposo, en aquella época no podía llevarlos con ella, se va, pero les deja una lección, la de la dignidad, se marcha porque no puede seguir en; “La Casa de muñecas, del niño Helmer”, porque ella es una mujer, un ser humano; no una muñeca.