domingo, 11 de marzo de 2018

Nunca profundizamos bastante el Amor de Dios







Nunca profundizamos bastante el Amor de Dios

Mi abuela contaba un cuento sobre un hombre, que se quejaba de que Dios había sido injusto con él no le había dado nada, se lo contaba a un viejo cura, fuera del confesionario, el sacerdote lo escuchaba con paciencia, asintiendo, como si le diera la razón

Al final empezó a decirle, por cuanto vendería una pierna un brazo, y, así cada uno de sus órganos

Para concluir diciendo al hombre, que Dios le había dado mucho, y, sin él pedirlo, era muy rico, y, tenía razón el buen cura, pero no sólo por su cuerpo, ni por su alma, aunque también

Si no porque Dios nos ama, enteramente gratis

Por eso el Amor de Dios no tiene comparación,  no se puede comparar aunque sea el más parecido, a distancia infinita con él de una madre o, un padre, pues el hijo, concede a los padres el serlo, el realizar en él sus sueños, y, es posible llegue un día, que el hijo cuide a sus padres

Con Dios no,  Dios es siempre el mismo, “Él que es”, no le damos nada, nunca nos necesita, todo lo que  le brindamos nos lo dio él antes, como dice La Biblia, “si quisiera un toro, no lo tomaría, no son acaso mías todas las cosas”

Y, sin embargo Dios nos crea sabiendo lo que vamos a ser
Y, cuando la humanidad se alejó, porque quería ser Dios, seguimos en la misma pataleta, no la destruyo, no la aniquilo, la salió a buscar, escogió a Abram, para hacerlo Abraham, lo hizo su amigo, se acomodó a su modo de ser, más tarde escogió a Israel, para de allí hacer brotar al Mesías

Y, como Mesías,  no escogió, a un hombre bueno, observador de sus mandamientos, sino que mando a su Hijo, es decir puesto que Dios es el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo, vino él mismo, empezando por ser un niño cigoto en la matriz de una chica judía, y, luego humillándose asi mismo vivió como uno más, salvo el pecado
Concluyo sus días humanos en una cruz, donde sólo morían los malditos, para matar en la cruz la muerte, y, que nosotros fuésemos ya, si queríamos hijos de Dios, “dioses”
Resucito, y, nos mandó llevar su Mensaje
Vino 50 días más tarde como Fuego, para prender su Iglesia, y, ponerla en marcha
Se quedó por si la Cruz fuese poco, en un pedazo de pan y un vaso de vino
Y, en todos los hombres que precisan algo
Y, donde hay dos, o 3 en su Nombre reunidos
En la Iglesia
En la Escritura
Para que podamos acercarnos
Para que podamos acogerlo en el extranjero
Para que podamos alimentarlo en el hambriento etc.
Sin que ello aumente su gloria
Y, lo hizo, como todo enamorado
Porque está loco de Amor por nosotros
Qué pena que algunos, blasfemen al usar su Nombre en vano, escribiendo, o diciendo en su Nombre mensajes de miedo, de terror de un dios que no es nuestro Abba
Que él les perdone, nos perdone a todos