No va a volver otro diluvio, por voluntad de Dios
Los desastres naturales, son culpa nuestra que nos hemos
cargado la naturaleza
Dios no manda ni terremotos ni tsunamis
Decir lo contrario es una blasfemia
Como es una blasfemia llamarse profeta, y, si todos los cristianos
lo somos por nuestra incorporación a Cristo en el Bautismo, “sacerdotes,
profetas, y reyes, pero con Cristo, y, en Cristo”