La esperanza nos ancla en Dios. Heb
La Carta a los Hebreos nos recuerda que “La esperanza nos ancla en Dios”. Nos sujeta a él, no lo hace La Fe, lo hacen La Esperanza y el Amor
Esperamos en Dios, porque conocemos nuestra contingencia, sabemos que somos mortales, y al mismo tiempo la muerte nos asusta, pero Dios por medio de su Hijo Jesús nos garantiza que nuestra muerte es un paso a la vida, a una vida plena y féliz, salvo que le digamos que “No”, con nuestra vida
Vemos el mal a nuestro alrededor, y dentro de nosotros mismos, pero Dios por su Palabra, por su Hijo, nos garantiza que nos dará los medios para vencerlo, y que curará nuestras heridas
La virtud de la esperanza nos sujeta a Dios. La Fe nos conduce al Amor y a la Esperanza, pero si nada tuvieramos que esperar de Dios, aun siendo creyentes viviríamos como ateos. Como los señores Anas y Caifás