domingo, 28 de junio de 2020

No siempre el fracaso es tal fracaso

No siempre el fracaso es tal  fracaso

A veces pensamos que no tenemos suerte, porque se han frustrado planes que creíamos buenos,  no, nos damos cuenta de que Dios estaba detrás

Muchas veces hacemos planes, decidimos lo que vamos hacer en cualquier terreno, nos trazamos una especie de agenda, incluso en el terreno espiritual y apostólico.

De pronto surgen unas circunstancias ajenas a nosotros, que mandan todo al traste, y, quedamos balanceándonos como esos muñecos de  pin pon, que parece que se van a caer y nunca se caen

Y, no hay que pensar en situaciones dramáticas, que podrán darse también si no, normales desde el retiro al que no podemos ir, porque llego un familiar o un amigo a quedarse unos días, o hemos pillado una gripe

Al libro que no podemos comprar, a ese rato de oración que íbamos a tener en la iglesia, y, una llamada que tuvimos que atender, hace que se nos haga tarde

Podría multiplicar y multiplicar los ejemplos

A veces podemos tener la tentación y caer en ella de creer que todo, esta perdido, y, no avanzar más,  porque a veces hacemos ídolos de nuestras decisiones

Cuando lo que tenemos que pensar es que detrás de lo que yo veo como un fracaso, no hay fracaso, porque Dios esta detrás, y, aprovechar eso, para dejar que Dios me haga crecer

El amigo o el familiar que ha frustrado mi retiro, puede ser una ocasión para hacer un retiro, pero un retiro que no lo parezca, en él que viva con el amigo el familiar la virtud de la espiritualidad, que no me muestre beato, ni oculte que soy cristiano, pero también que me deje interpelar por él, Dios me envía a esa persona para hablarme por ella, aunque sea atea, debo acogerlo como gracia

Y, podría seguir desarrollando los puntos

Y, no olvidar que si Dios no lo quiso es que no era bueno.