lunes, 28 de noviembre de 2016

Tentaciones del Hombre Jesús


Las Tentaciones de Jesús en el desierto

Las tres tentaciones que los evangelistas nos dicen que sufrió Jesús, en el desierto, y, que son como un resumen, y, adelanto de las que como hombre, porque Jesús, fue tentado como hombre, Dios no puede ser tentado, y, lo fue de verdad, o no sería modelo, y, esas se repetirían hasta la Cruz, lo dice el mismo Evangelio; el diablo lo dejo hasta el tiempo oportuno
Las tres tentaciones implican; Las tres tentaciones,  la riqueza queriendo ser dueño de lo creado para todos; la vanidad el desprecio de los que no son como uno; el orgullo de sentirse superior
El afán de dominar los bienes terrenos, con el fin no sólo de saciarse uno mismo, sí  no incluso de ayudar,  al mismo tiempo se evita “la cruz”

“di que estas piedras se conviertan en pan”; tentación vencida, como recordaba hace poco Francisco, con la Palabra de Dios.

Sí Jesús hubiese hecho caso al diablo; no habría acabado en La Cruz, el pueblo lo habría hecho su rey; hasta Roma le temería, pero al mismo tiempo se habría hecho un esclavo de su poder; es lo que le sucede a los corruptos, a los que usan la riqueza para comprar conciencias, los que dan a las personas pez y no caña para pescar; nosotros tenemos las mismas, aunque no presentadas igual, si nos vamos a la multiplicación de los panes, tras ella, Jesús vuelve a ser tentado; aunque no se diga de ese modo; el pueblo quiere hacerlo rey, un rey que les va multiplicar la comida, por eso Jesús huye, a veces es la única salida ante la tentación, y, él mismo les dirá; “no me buscáis por el milagro, sí no  porque habéis comido pan, y, os habéis saciado”, y, aquí si citara la Palabra

La segunda la vanidad, el desprecio de los que no son como uno; y, que por lo tanto, van a caer rendidos, como no admirar a quien salta desde el alero del Templo; y, Dios, Dios tiene que proteger a su Ungido; pero Jesús sabe que Dios no es el criado del hombre, ni aunque ese Hombre sea su Hijo, que no rescata del peligro, si uno se mete en el mismo por imbécil; además si, los ángeles protegerían sus pies; pero no la cabeza; sería un modo de evitar la Cruz, esta misma se repite en el Calvario; “Si eras el Hijo de Dios, baja de la Cruz, y creeremos”,  Jesús ni lo intenta, ni siquiera responde a satán como hizo en el desierto con la Palabra; seguirá en La Cruz; ni se plantea que tirándose, si no muere creerán en él, si muere, que sería lo que sucedería se libraría de aquel tormento; el afán de evitar la Cruz también se da en nuestra vida

La tercera el orgullo de sentirse superior, aunque sea  sometiéndose al Mal, tener dominio sobre todo, “si te postras ante mí, y me adoras te daré todos los reinos del mundo”; pero Jesús sólo adora a su Padre, y, se lo dice  bien claro al tonto del diablo; también así se libraría de La Cruz, esta tentación, la repetirá el diablo, “disfrazado de Pedro”;  cuando Jesús anuncia su pasión; Pedro se opondrá, eso no lo puede querer Dios; Jesús le llama satán, le pide que se aleje del, porque lo está tentando, no quiere lo que Dios quiere; “Aléjate de mí satanas, piensas como los hombres, no como Dios” Pedro está siendo, el tentador que lo quiere alejar de la voluntad del Padre; tentación que se repetirá en el Huerto, por eso por la oración el hombre Jesús se arrojará en los brazos de su Abba, su Papito Dios
Muchas personas son tentadas de venderse al Mal, y, el Mal pone el mundo a sus pies, el mundo y el Infierno, los traficantes de droga, de armas, de personas, los aborteros,  los pornógrafos, todos adoradores de satan, aunque no sean satanistas,  Dios quiera que se den cuenta, y, cojan la mano de Crucificado Resucitado, y se dejen salvar por Dios