viernes, 5 de febrero de 2016

El Padre proclama a Jesús su predilecto


Dios Padre, proclama a Jesús, su predilecto, su Hijo amado, y, lo hace  en el momento en que Jesús, se esta humillando, ser humilde es reconocerse como uno es, la humillación es un paso más, no es negar lo que uno es, ni los dones que ha recibido, sería mentir, y, ser desagradecidos, nada de eso, va con Jesús, sí, lo es dejar de estar en la cumbre, o, que lo tenga a uno, en el sitial de honor, para ponerse en el suelo, no temer lo tengan por lo que no es
El Verbo de Dios, se humillo, tomando naturaleza humana, pero la naturaleza humana, que tomo, fue ascendida a la unión hipostática, por lo que Jesús Hombre, es hijo natural de Dios, persona divina
Pero las gentes sus parientes, veían un hombre normal, un chico como otro, un buen judío, cumplidor de la Ley, de la Tora
El bautismo de Juan, era un bautismo de penitencia, nada que ver con nuestro bautismo, era una forma de purificación ritual no ajena al judaísmo, los que acudían a ser “lavados”, bautizados por Juan, lo hacían para ver de ser mejores, lo hacían como penitencia; todos mezclados porque sabían bien, como eran, los fariseos no fueron, ni los  saduceos, no lo precisaban, bueno, eso pensaban
Jesús, fue también, y,  tuvo que batallar con el terco de Juan, y, se salió con la suya, se bautizó, bueno lo bautizó Juan, pero ojo, no en un bautismo especial, porque pudo hacer lo bautizase a él solo, pudo por ejemplo decir, “yo no tengo nada de que arrepentirme, soy el que cumple La Tora, a la perfección, Dios está contento conmigo, como no va estarlo, sin embargo, me voy a dejar bautizar también, para que aprendáis”

No, Jesús se bautiza, en un bautismo general, mezclado con la gente, con los pecadores, como uno más, como si fuera igual que el publicano que se bautizaba a su lado, o, que el soldado de Herodes
La gente pensaría, “mira no es tan bueno, como pensábamos, es como nosotros es como todos”
Pero el Padre no, por eso, cuando sale del agua, el Padre lo exalta, lo alaba, lo declara su Hijo amado, Dios presume de Hijo, y, ordena escuchadle, que es lo mismo, que decir, “seguirle, es decir obedecerle”
Siempre que hay una humillación de Jesús, se sigue, por su Padre, una exaltación, a la Cruz que las culmina todas, seguirá la Resurrección, y, la Ascensión, pero esto que hizo con su Unigénito, y, primogénito, el Padre, lo hace con todo aquel que como Jesús, no teme humillarse, o, simplemente pone los pies en la tierra, y, se tiene por lo que es, uno más