miércoles, 29 de enero de 2014

Que son las Indulgencias?


Cómo todos sabemos; las indulgencias fueron una de las causas de la ruptura de Lutero, con Roma, no la única, pero si, una de ellas; en realidad Lutero, protestaba contra la simonía, de la que había bastante, aún hay, para quien no lo sepa, la simonía es vender, y, comprar cosas sagradas, no imágenes, ni rosarios, si no las bendiciones

En la época de Lutero, Roma, no era precisamente un ejemplo de lo que ha de ser un cristiano, ni siquiera una persona decente, de vez en cuando, Dios permite, que haya malos pastores; Papas indignos, para que se vea, que es Él, quien lleva la barca de Pedro.

Llevamos muy buena racha, pero no siempre fue así, claro que el tema son las indulgencias, no el Papado

Primero de nada, unas aclaraciones, las indulgencias no son dogma de fe, o, sea, que si uno no cree en ellas, no pasa nada

Segundo. La indulgencia, aunque signifique perdón, no perdona nada, no es la Penitencia, que es un sacramento

Tercero. Aunque hallamos aplicado una indulgencia, por el alma de una persona fallecida, podemos seguir orando por ella, no son un vacía purgatorio, si el purgatorio fuera un sitio, que no lo es, si no un “estado”

Una cosa tenemos que tener clara, sólo hay un Salvador, Jesús de Nazaret, Él sólo, y, Él nos salvo a todos, uno, por uno, pero cada persona como ser libre, puede rechazar esta salvación, y, la rechaza con el pecado grave, si persiste en este rechazo, en el momento de su muerte, pues se encuentra por propia voluntad alejado de Dios, no por voluntad de Dios, que desea la salvación de todos, y, cada uno, si no del imbecil, que elige el infierno

Dios no cesa de buscar a cada uno, por los méritos de Jesús, que media por los pecadores, como dice La Epístola de San Juan, ofrece, las gracias las ayudas, para que cuando hemos pecado gravemente, levemente también, sepamos volver a casa, los que somos católicos, ya sabemos como somos perdonados, siempre que haya arrepentimiento, y, propósito de enmienda; se perdona y, todo vuelve a ser como antes; nosotros confesamos nuestra fe en Jesús como Salvador, y, Señor, cumpliendo su voluntad, la fe, sin obras es una pantomima, cuando estamos en pecado grave, nuestra ruptura es casi total, no total porque se puede restablecer, total sólo es después de la muerte, con el pecado venial, no hay ruptura, pero si debilitamiento, y, salvo Santa María, no hay nadie sin pecados veniales, e imperfecciones, unos más, y, otros menos

Cuando llega el momento de la muerte, si la persona esta libre de todo pecado venial, y, del debilitamiento de la lacra que le dejo el pecado grave ya perdonado, es decir recién bautizados, mártires, y, un número limitado, su sitio, su estado, es el Cielo

Pero en caso contrario, esa persona, al amar a Dios, se siente indigno, y, no quiere gozar de su presencia, hasta verse lo más purificado posible, eso es el purgatorio, por eso, los que están en él, mejor los que viven en esa situación, y, que son santos, pues santo es el que tiene la Gracia santificante, y, ellos la tienen, y, no pueden perderla; sufren al verse lejos de su Amado, pero al mismo tiempo, son los seres más felices de la creación, sólo superados por los que viven en el “ estado” del Cielo

Jesús comenzó a existir como Hombre en el útero de La Virgen María, y, en ese momento, como recordaba el Beato Juan Pablo II, pronto, San Juan Pablo II; se unió en cierta medida a todo hombre; por eso es Nuestro Redentor, asumió nuestras culpas, pues bien en el bautismo, esa unión digamos que se hizo más profunda, tanto que formamos un solo Cuerpo con Él, es el Cuerpo místico, La Iglesia, de este Cuerpo, La Cabeza es Jesús, el Alma el Espíritu Santo, y, cada uno es como una célula, quienes los que formamos parte de La Iglesia que esta en la tierra, no sólo de forma visible, si no también los que forman parte de forma invisible, los que están en el purgatorio, y, los que están en el Cielo. ( cuando escribí este post, Juan Pablo II, sólo había sido proclamado beato)

Como sucede en el cuerpo físico, un miembro ayuda, y, se ocupa de los otros, la cabeza es el centro principal, y, de quien parte todo, pero si te dan un pisotón, es tu boca, quien grita, ay, y, tus manos quien tocan el sitio afectado por el dolor, pues aquí lo mismo, si un miembro sufre, todos sufren, aunque no lo sepan, y, al revés

Por eso, Jesús es el Único Salvador, pero debido a la unión con Él, todos somos corredentores, María la primera, y, no por haber parido a Jesús, si no, por haberlo llevado siempre en su corazón, porque nunca dijo, a Dios que “No”; ni se anduvo con rodeos.

Gracias a esto, nos beneficiamos unos de otros, y, el bien que uno hace, que no olvidemos quien lo hace en último termino es Jesús, que es La Cabeza, beneficia a todos según lo precisen, por ello podemos pedir unos por otros, y, por ello pedimos por los del purgatorio, y, felicitamos a los del Cielo, y, acudimos a su intercesión, que no mediación, no hay que confundir

Esto no son las indulgencias, pero se basan en esto


La Iglesia que somos todos, y, cada uno, pero en su parte Jerárquica, tiene recibido de Jesús el poder de las llaves, y, ahí entran varias cosas una es esta, ruega a Dios, porque el Papa no manda en Dios, que al cristiano que observe ciertos actos de piedad, y, que naturalmente este arrepentido, no tenga culpa grave, le aplique los meritos de Jesús, no sólo de Jesús; si no los que por decirlo de algún modo, los que están en el Cielo, Purgatorio, e Iglesia militante, fueron adquiriendo por su unión con Jesús, y, que en realidad son de Jesús; pues bien esa es la Indulgencia, que si es plenaria, restituye la Gracia primera, y, libera del Purgatorio, y, si no acorta la prueba

Naturalmente, debido a esto mismo, del Cuerpo místico, que es lo que llamamos “Comunión de los santos”; una puede aplicar esa Indulgencia otra persona viva, o, muerta, pero lo dicho, uno, nunca puede saber hasta que punto cumplía las condiciones, ni si era capaz aquel a quien se aplica, sin olvidar que Dios, no tiene porque acomodarse a nuestros deseos, y en su Amor infinito, sólo mira nuestro bien, no sea aunque nos pueda parecer extraño el que ganemos una indulgencia

En misales, y, devocionarios antiguos, se hablaba a veces de 300 años, o, días de indulgencia, ahora se habla de indulgencia parcial

¿De dónde venía lo anterior?

En el Purgatorio, no hay tiempo en el sentido terreno, no es un lugar material, así que no hay 300 años, ni días, a lo que se refería era a la época primitiva del cristianismo, en que las penitencias eran públicas, y, se imponían no por 300 años claro esta, pero sí, un largo tiempo en el cual, la persona estaba excluida de La Mesa Eucarística, y, quien se hallaba así, iba, o enviaba a visitar a un cristiano que iba morir mártir, y, este firmaba una tablilla, rogando al obispo, o sacerdote, que por Amor a Cristo, y, como su última voluntad rebajase la penitencia a, aquel hermano, naturalmente, no se podía desoír a quien iba verter su sangre por el Evangelio, y, se tenía en cuenta

No esta mal ganar indulgencias pero mejor es que procuremos cumplir la Voluntad de Dios, conocerla, acudir a Él con Amor, orar unos por otros, y, cuando tengamos la desgracia voluntaria, pues no se peca por error, si es error no es pecado de caer en pecado grave, acudir al Sacramento de la Penitencia, esa es la mejor indulgencia

Hoy el Beato Juan Pablo II, ya es San JuanPablo II,  para mí, también San Carol Woytila, pues con ese nombre fue bautizado, y, sin ese primer paso, no hubiera sido beatificado, su fiesta fue, el 22 de octubre

San Juan Pablo II ruegue por nosotros