domingo, 19 de agosto de 2012

Ateos buenos; ateos impíos

Ateos buenos, Ateos impiós


Ateo es todo hombre que niega la existencia de Dios; en realidad no hay ateos, hay como dice el P. José Pero Sanz, "idolatras", es decir hombres que en vez del Absoluto, se fabrican un "absoluto"

Hay ateos que en realidad no lo son, creen en la justicia, en la paz, en el amor, en el bien, en la vida... y luchan por ello, y en todo eso, esta Dios de un modo especial

hay ateos que lo que rechazan es una concepción falsa de Dios, el dios vengativo y justiciero, o el dios chapucero, muchas veces los cristianos le hemos tapado, más que revelado el genuino rostro de Dios y claro, en el ídolo que les dejamos atisbar, no pueden ni deben creer.

hay ateos que sufren por no tener fe, que buscan a Dios, y, como Dios también los busca, lo van encontrar, y será un día de fiesta

estos son los ateos buenos, los últimos que llegaran al Reino

Pero hay ateos, que no, sólo no creen en Dios, si no que lo odian, y, ponen todo su empeño en acabar con toda religión, pero con preferencia la cristiana, ¿ Por qué sera?

un hombres para los cuales todo, lo que tenga relación con Dios es malo, destructivo, y anti progreso, por ello no dudan en perseguir a muerte si pueden, y si no pueden, en lograr una muerte civil, en calumniar, en destruir la familia la vida, en inventar leyes contra la misma, en decir que sí que se puede matar al enfermo, al débil al no nacido, en otras épocas, dijeron se podía matar, al de otro color, raza, religión, inclinación sexual. etc

es lógico, si el hombre es la imagen de Dios, y ellos odian a Dios, aunque digan que no creen, lo lógico es que intenten destruir su imagen.

estos son los ateos impíos

A veces incluso se disfrazan de creyentes progresistas

Pero, no pensemos que Dios no los ama; del mismo modo que un padre, quiere más al hijo enfermo, Dios ama, más a éstos hijos enfermos, y los busca, y si ellos se vuelven, los encontrará si se dejan encontrar, y será más que una fiesta, por eso,debemos pedir por ellos, y examinarnos con frecuencia, no vaya ser, que sin saberlo, formemos parte de su grupo