La presencia de Dios puede ser vivida y enseñada a vivir de dos formas que van a marcar a la persona o que marcan, es más estoy convencida de que muchos ateísmos de gente buena, nacieron ahí de una falsa idea de Dios, de un dios policía, idea que unos recibirían en la escuela, otros en el hogar, otros en la iglesia, así con minúscula, y otros en dos o tres de los sitios a la vez:
“Pórtate bien, que dios te esta mirando”, “dios ve todo lo que haces”
“dios te va castigar si te portas mal”... y un sinfín más de barbaridades pedagógicas, dios lo pongo a posta con minúscula, era un policía, un espía un entrometido en la vida de aquella persona, de aquel niño, estaba allí para coartar su libertad, para echársele encima y mandarlo al infierno si era malo, o para premiarlo pero con un cielo que pintaban tan aburrido, qué bueno, si era lo que había, un dios que sacaba la libertad, no me extraña que los que tuvieron que padecerlo, al llegar a adultos lo “ jubilasen”
Dios el verdadero Dios se alegra y seguro que un día se hace el encontradizo.
Yo tuve la suerte de recibir la imagen de un Dios Padre, sólo en una pequeña etapa, se me intento colar el dios policía, pero me conocía ya tanto al otro, que aquel ídolo no prosperó.
Un Dios Padre, “el Papá del Cielo” que pintaba las manzanas de colores, para que yo las comiese, y se ponía muy triste
(las abuelas no mienten) si no lo hacía, o si torturaba a “Fernandito” antecesor hace años en el cargo de Ciro, o si hacia cualquier trastada.
Y ya crecidita y creciditos, un Dios Padre- Madre, que esta a mi lado, a tu lado, no para vigilarnos, si no para amarnos, para sostenernos en la existencia, que en su Hijo, que esta con Él, la Trinidad no se separa nunca, dio su vida por ti, por mí, y que volvería a darla, un Dios que me ama tanto, que no me saca la libertad que me dio, aunque yo me este cargando su voluntad.
Un Dios que no me saca el dolor pero lo comparte conmigo y me enseña su valor.
Un Dios que me dice:
“Mira hija, si haces mi voluntad serás más feliz, porque Yo sé lo que necesitas para ser feliz, pero si no quieres si el pecado te hiere, Yo, tu Padre, tu Hermano, tu Amigo, tu, Dios, te levantaré del suelo, te curaré las heridas, te lavaré, te limpiaré con mi Sangre; y eso será cuando tú quieras.
Yo siempre estaré esperando, aunque soy Dios te necesito, y no quiero hijo, hija, que me rechaces, porque eres tú quien lo hace
Yo no puedo que soy Amor para toda la eternidad, tus pecados no te asusten, Yo te amo”
Con un Dios así, da gusto estar, hablar, “oírle”, y hasta a veces “reñirle”, un Dios de casa, un Dios que María una mujer, hizo carne y sangre, un Dios que por Amor, se hizo bebe necesitado de que le diesen la teta y le limpiasen el culito