Somos peregrinos, caminantes en esta tierra
Aunque incluso lo repitamos en la oración de la Salve, no somos desterrados. El desterrado es él que ha sido echado fuera de su tierra, ahí entrarían también los exiliados
Pero nosotros no hemos sido desterrados, ni exiliados del Cielo, nuestra existencia empezó en la tierra, en nuestra madre
No anhelamos una patria perdida, pero ansiamos incluso sin saberlo una Patria mejor, definitiva. La Nueva Jerusalén donde no existen ni la muerte, ni la enfermedad ni el llanto
Y hacia esa Ciudad caminamos por el Único Camino, que es a la Vez, el Único que nos introduce en esa Ciudad, aunque claro está nos permite, y nos ofrece mediaciones para no salirnos del Camino, que es él mismo, y para volver a Él, cuando nos salimos fuera.
Este Camino, este peregrinaje, lo empezó cuando aceptamos a Jesús en nuestra vida, sin Jesús simplemente caminamos hacia la muerte
Si tuviéramos menos Fe aún que el famoso grano de mostaza, nos pasaría lo que pasa a los peregrinos a Santiago, o a Roma que cuando llegan a la ciudad, los de Santiago, cuando ven el Monte del Gozo, ya se alegran
Pero todavía somos muchos los que tenemos una Fe débil, y nos duele tener que dejar este mundo, que es el nuestro. Pero lo que nos espera sí hemos sido fieles, o infieles pero pedimos perdón sincero. Es muchísimo mejor. Nos lo garantiza la Palabra de Dios.