La soberbia de dolerse del pecado por no querer su Misericordia.
A veces espero que pocas o ninguna, por instigación del demonio, podemos caer en la soberbia, de dolernos del pecado cometido, no por la ofensa hecha a Dios, no por el daño causado a otros, a uno mismo en primer lugar, no, por haber dicho No, a la Redención de Jesús
Sí no, porque no, nos apetece ir al Infierno, simplemente porque no es un lugar agradable. Pero tampoco queremos tener que humillarnos ante Dios, e implorar su Misericordia, entonces podemos echar la culpa de nuestros fallos, de nuestro pecado a mil cosas, incluido el propio Dios
O incluso negar el pecado, o rechazar los medios de Salvación puestos por Dios, o vernos no tan malos
Otros hacen cosas peores
Dios ya nos conoce
No soy tan malo
Confesarme yo, con lo que hacen algunos curas
Por qué voy a pedir perdón a Dios, si Dios ya lo sabe todo
Por qué Dios me dejaría caer en ese trance
No, me atrevo a pedir perdón, pero cómo pude ser capaz de algo así. A esta última frase un santazo, como San Josemaría Escriva de Balaguer, respondé en Camino. Libro recomendado, no hace falta ser del Opus, yo no lo soy.
Pues bien San Josemaría decía
“Acaso te creías impecable”
Cuando metamos la patita, sea mucho, o poco, pidamos perdón, que a nuestro Dios le chifla perdonar. Y sí los curas son como todos, pero también los médicos enferman incluso de cáncer, y vamos al médico.
San Josemaría ruega por nosotros