El ayuno que no quiere Dios Isaías 58,1-10
Por Isaías Dios nos recuerda que no quiere nuestra oración a gritos, no quiere nuestros ayunos. Mientras andamos enfrascados en nuestros negocios y olvidamos al Señor, llegando incluso a hacer de la religión un negocio
Ayunamos pero esa comida no salva a los hambrientos, tampoco abrigamos al que tiene frío ni damos cobijo al que no tiene casa, olvidamos nuestra propia carne, somos injustos
Nuestro ayuno es un presumir de piadosos y h1)acer sitio en el estómago para el próximo atracón, oramos a gritos pidiendo a Dios justicia, y que de pan al hambriento.
Cuando nosotros tenemos cautiva la Justicia con nuestra injusticia, y el Pan, que Dios nos dió para repartir lo hemos cerrado bajo 7 candados
Antes de ayunar, vivamos la justicia y el amor a Dios en el prójimo