Por parte de Dios la Salvación está garantizada. Por la nuestra en peligro
Dios quiere nuestra Salvación
La quiere porque nos creó para él, somos el regalo a su hijo
Dios ha llegado al extremo de nuestra Salvación
Si ha llegado a la máxima humillación, Kenosis lo llama Pablo, Dios Hijo se “vacío de sí mismo” Se hizo hombre en la matriz de una mujer, nació como hombre, se hizo un hombre débil como cualquier otro salvo la ausencia de pecado
No se detuvo ni ante La Cruz, y, el descenso a los Infiernos
Dios nos busca hasta la misma puerta del Infierno
Es decir nos sigue mandando su Gracia sus avisos de mil formas para que volvamos a él, hasta el último minuto que no es el de la parada del corazón, ni sabemos cuando pero antes de que lo que llamarán nuestro cadáver, nuestros restos aún seamos nosotros
Por lo que a Dios respecta. Estamos salvados
Sí salvados
Pero Dios no puede salvarnos si decimos que “No”
Es decir si hacemos el mal, si no hacemos el bien, si somos injustos y falsarios, si no acogemos su perdón
Y, en el Mal uso de nuestro albedrío lo hacemos
Una y otra vez
Y, no rectificamos
Seguimos en lo mismo
No basta que Dios quiera salvar nos
Él ya ha dejado bien claro, que quiere. Pero no puede quebrantar nuestra voluntad, somos su imagen, no podemos ser unos peleles, esa salvación sería un castigo. Dios aunque le duela respeta nuestra libertad
Es preciso que cada uno lo quiera también
Y, querer lo es hacer el bien, no hacer el mal, rectificar cuando hacemos mal, pedir perdón, usar los medios de Salvación que nos ha dado
Por mucho que yo quiera, y diga que me encantaría ir a por a escuchar una ópera en La Scala de Milán. Y, un amigo me mandé los billetes de avión, la entrada a la función de la ópera, hasta el traje de gala, y la estancia en un hotel.
Si yo decido quedarme en mi casa o irme a la playa me quedaré sin escuchar la ópera, en La Scala
Con la Salvación pasa lo mismo
Palabras e ideas surgidas bajo El Viento