miércoles, 24 de septiembre de 2025

La piedra del Sepulcro


La piedra del sepulcro

Los evangelistas nos cuentan que las mujeres, cuando iban al sepulcro a ungir el cadáver de Jesús, pensaban en quién les movería la piedra, porque era muy grande. Ellas iban ungir un cadáver, y, para eso precisaban entrar a la cámara, mortuoria, que estaba cerrada por una gran losa

Al llegar se encontraron unos hombres, en realidad unos Ángeles, que les dijeron que Jesús no estaba, porque Jesús es el Viviente, es decir Él que vive, Jesús había resucitado, como diría Pedro más tarde, el día de Pentecostés, la muerte no podía sujetarlo

A los cristianos, a mí muchas veces nos pasa lo mismo. No, acabamos de creer que Jesús está vivo, pensamos que es un personaje histórico como Julio César, alguien del pasado, y miramos para La Iglesia, y pensamos que el mundo la va merendar, que a los cristianos sí no, nos adaptamos al mundo nos pasará igual, vemos nuestra propia incoherencia y la de nuestros pastores y nos asustamos, y estamos dispuestos a “ungir el cadáver de Jesús, ponerlo bonito”, y volver a cerrar la tumba, esperamos que alguien fuertote, nos mueva esa losa de siglos, queremos un Jesús de porcelana, o de caramelo, un Jesús de rezos de largas letanías, pero que no comprometa, de imágenes muy sangrientas, pero de sangre falsa, para no ver, la Sangre que sigue vertiendo en sus hermanos. Nos olvidamos que Jesús está vivo.

Hasta que nos damos de bruces con sus Ángeles que pueden ser nuestra conciencia, la Biblia, un libro, una audiencia del Papa… Que nos recuerdan que Jesús está vivo, y actuando en La Iglesia, está vivo, porque es el Viviente. Y porque ha resucitado. Y, además es el Vencedor.

Entonces vemos que la piedra que tanto miedo nos daba ha sido quitada