Espero porque creo, creo porque espero. Y en Dios sé que no me equivoco. Heb
Espero que Dios por Jesús no me abandonará, que me dará La Gracia y La Fuerza y La Luz necesaria para serle Fiel
Sé que si rechazó su Gracia, si me reveló incumpliendo su Voluntad, Él seguirá amandome, buscándome, y Espero que si eso pasase sólo por culpa mía, le ruego que no lo permita.
Pero si sucediera, Espero en Jesús me dé la Fuerza, La Gracia y La Luz de caer a sus Pies, arrojarme en los brazos de su Misericordia, dejar me abrazar y lavar en el Agua y La Sangre que brotó del Costado herido del Amado
No espero de Dios, riqueza, éxito, amigos, salud. Pero espero que necesitase cualquiera de esas cosas para mantenerme en pie
Me la daría
Del mismo modo me la quitaría si fuese peligrosa para mí.
Y, espero lo que he dicho y más porque creo
No en el sentido vulgar de la palabra “creo”, es decir opino
No cuando digo Creo, mi “creo es teológico” Es seguridad en Dios
Creo porque he experimentado su Amor
Me amó cuando no era
Me amó antes de crearme
Me amó y me llamó a la existencia conociendo de antemano mi pecado
Me creo sin necesitar me
Me amó y, envió y entregó a su Hijo Amado, su Único Hijo para reconciliarme con Él, cuando era impía. Y, en su Hijo me hizo hija, hija para siempre
Por eso creo y porque creo espero
Me lo atestigua su Palabra acogida en La Iglesia Esposa de su Amado
Me lo atestigua el Magisterio ordinario y extraordinario de La Iglesia
Me lo atestiguan y son ejemplo los hermanos que caminan Conmigo
El ejemplo y la intercesión de los que han llegado ya a La Jerusalén celeste
Me lo atestigua con su Ejemplo, su Único mandato, La Primera de los Redimidos, la Medianera, La Co Mediadora con el Único Mediador Jesús
La que es Hermana, Señora y Madre. María de Nazaret.La Virgen que parió al Verbo de Dios en nuestra carne
Y me lo atestigua Jesús El Mediador, el Redentor él que se entregó a la muerte por mi
Él que me ama. El Verbo hecho carne el hombre que es también Dios, el Dios que es también hombre
Y ésto lo graba en mi mente, en mi corazón y en cada poro de mi piel. El Espíritu Santo, La Ruhah
Divina, el Amor increado.
Pues sin Él no podría confesar lo
Por eso se en Díos que no me equivoco.