No era una caña agitada por el viento
La primera alabanza, o elogio que Jesús dijo de Juan el Bautista, fue que no era una caña agitada por el viento, lo mismo se puede decir del propio Jesús, y se debería decir de cada uno, de los cristianos
Una caña agitada por el viento, es la persona, que cambia de opinión y de comportamiento de un día al otro, de una hora a la otra, y no porque rectifique errores en cuyo caso, está bien el cambio, sino porque se adapta a la situación.
Todos lo hemos sido alguna vez, y lo hemos sufrido, dábamos por hecho que una persona concreta, pensaba como nosotros tenía la misma opinión sobre una tema determinado, y, cuando hemos echado mano de su ayuda, en una discusión, no es que se largará, por miedo o se callase, o dijese cambiemos de tema, no es que se pone con lo que entonces era la mayoría
Personas sin criterio, sin moral fija, personas que dejan que el viento putrefacto de la sociedad los mueve de un sitio a otro, a veces se da también en sacerdotes que para no molestar y perder público, porque fieles no tienen, dan unas homilías que aplaudiría satanás, en lugar de dar La Palabra masticada
Luego están las personas que son como Jesús, como María, como Juan, como Francisco nuestro Papa etc. Movidas por el Viento, el Viento Recio,, que los hace Rocas, en la Roca, el Viento que es La Ruha divina, pero para eso hay que pedirlo
No seamos cañas agitadas por el viento. Que nos mueva El Viento.