Acoger a María es…
Confiar en ella, amarla. Es “escuchar” Lo que la Palabra de Dios. Biblia y Escritura nos dicen de ella
Es amar a sus hijos, empezando por su Unigénito, al que además hay que adorar al Hijo, no a la madre
Amar a sus hijos pequeños que es toda la humanidad, pero con amor efectivo, más que afectivo
Es tenerla en el lugar que la quiso Dios
Es imitarla
No es adorarla eso es idolatría
No es divinizarla eso es idolatría
No es ponerla a la altura de Jesús en cuanto Dios. Eso es idolatría
No es ponerla a la altura de cualquier chica buena. Eso es blasfemia contra Dios
No es ponerla inalcanzable
Es orar a ella
Es orar con ella
El Rosario, el ángelus, las novenas marianas, la visita a santuarios. Entran en la forma de orar a ella, y de orar con ella. Pero ninguna es obligatoria, todas son libres. Ningún cristiano puede imponer a otro su forma de piedad.
Las apariciones las reconocidas por La Iglesia. Se pueden aceptar. Pero para ser buen cristiano católico. No es preciso
Las aún no confirmadas mejor ir con tiento y discreción
Las condenadas o rechazadas por La Iglesia. Ni acercarse
Obedecerla. Esto es obligatorio. Pero en el mandato que nos consta que nos da en Cana
“Haced lo que Él os diga”
Si uno por ejemplo es racista, o defiende el aborto pero va en peregrinaje al santuario mariano X, y reza 20 rosarios. Simplemente es un hipócrita. Aunque es posible que María lo agarre de las orejas, y lo traiga a casa.
Pero si no se convierte se irá al infierno con sus devociones.