Jesús reía y sonreía, más veces de las que lloraba.
En contra de lo que viejos devocionarios, y, charlas piadosas tontas para cristianos tontos sostengan.
Jesús reía y sonreía más veces que las que lloraba. Y, esto es cien por cien bíblico
Para empezar Jesús es un ser humano normal, al mismo tiempo que Dios Hijo. Dios ordena la alegría, es un mandato bíblico. Sí Jesús nunca hubiese reído, o sonreído lógicamente él mismo estaría incumpliendo el deber de estar alegre en el Señor, y desde luego no sería un hombre normal
Además las gentes lo seguían, se les iba el tiempo con él, y, los lloricas cansan enseguida
En la Cena de despedida, pocas horas antes de ser condenado al suplicio de La Cruz, recuerda y manda a los suyos que estén alegres, que él ha vencido
Alguien dirá los evangelistas en ningún lado dicen que se riera, ni sonriera
Y, es verdad y esa es otra prueba definitiva
Por supuesto Jesús no era un bufón, pero hasta en muchas de sus parábolas hay rasgos de humor
Por otro lado, las madres llevaban a sus niños para que los bendijera, a un llorica no se lleva un niño
Y, la definitiva, cuando uno habla o escribe por ejemplo en una carta y cuenta algo de un conocido, uno destaca aquello que le ha llamado la atención por no ser común en él.
Así por ejemplo sí una persona siempre lee de cinco a seis, uno no destacará que fue a su casa a esa hora, y estaba leyendo, o si una persona fuma, o toma una copa de licor encima de la comida, nadie hará constar contará que lo hizo en una fiesta. Pero si la persona lectora, el día que voy a su casa, en lugar de leer esta viendo la televisión, o, la fumadora o la que toma la copa de licor, en la fiesta no fumó, o, bebió un zumo. Sí que se destaca.
Pues a los evangelistas les pasa igual
Jesús está a punto de llorar cuando se encuentra con la viuda de Naím.
Al ver y saber por el Padre, que su Pueblo iba ser llevado fuera, como esclavos, que el Templo iba ser destruido, Jesús llora
Y, llora también como ser humano normal que quiere a sus amigos, ante la tumba de Lázaro. El evangelio de Juan dice. “Y, lloró Jesús”, y añade que las gentes decían. “Cuanto lo quería”
Es decir a todos, incluidos a sus “enemigos”, les extraña verlo llorar.
Y, por supuesto lloró ante el Padre en el Huerto, como nos recuerda la Carta a los Hebreos.
Por todo ello los cristianos tenemos que ser personas alegres, que sepan sonreír y reír, aunque a veces tengamos que llorar pero sabiendo siempre que pronto habrá motivos para sonreír
La fe cristiana triste y fúnebre es una caricatura
Las plañideras y plañideros deberían declararse especie extinguida