La Encarnación obra del Espíritu, encarnarnos por el Espíritu Santo
Para que el Verbo, el Hijo de
Dios pudiera redimirnos, según el plan divino, hubo de hacerse hombre, hombre
de verdad, esa fue, la misión del Espíritu Santo, porque es el mayor acto de Amor,
Dios se humillo al máximo por nosotros, haciéndose criatura, en su Segunda
Persona, Jesús, es ya para siempre, un hombre, sin que haya confusión de las
naturalezas.
Pues bien nosotros también
tenemos en cierto modo que “encarnarnos”, es decir hacernos como los demás,
ponernos en su carne, en su piel, si queremos ayudarles y entenderlos, que no
es un mero estudio sociológico, es sentir con sus sentimientos, y, eso, sólo
puede hacerlo El Espíritu Santo, sólo Él, tiene el poder de hacer que seamos no
comprensivos con los otros, sino que en cierto modo, estemos en su piel, “que
nos encarnemos en su vida”
Sin lo cual la verdad el amor al
prójimo se queda en puro cuento