Como a Jeremías
Como a Jeremías, Dios nos repite,
“No tengas miedo, estoy contigo”
Cuando te pones a defender la
vida desde el seno materno, hasta el fin natural, condenando el aborto, la
eutanasia, la pena de muerte, y, te entra miedo, y, dices me voy a quedar solo,
incluso algunos que ponen en peligro su puesto de trabajo, o lo pierden. Y, uno
se dice si eso no vale para nada, pues mira cada cual con su conciencia
Dios te dice. “No tengas miedo,
estoy contigo”
Cuando defiendes al inmigrante,
sin mirar su religión, mientras otros lo atacan. Dios te dice, “No tengas
miedo, estoy contigo”
Cuando obedeces a La Iglesia,
defiendes al Papa, frente a los cobardes fariseos que lo denigran. “Dios te
dice, “No tengas miedo, estoy contigo”
Cada vez que luchas, que luchamos
por ser fieles a la voluntad de Dios, y, tenemos ganas de claudicar, Dios nos
dice. “No tengas miedo, estoy contigo”
Pero el estar contigo, no
significa que el mundo vaya caer a nuestros pies, no esa es la promesa de
satan, no la de Dios, Dios nos promete sentarnos en su Trono, con Jesús del que
somos miembros
Dios no va impedir que “nos
crucifiquen”, no lo impidió con Jesús, no va hacer excepción
Y, además nos dice también lo que
dijo a Jeremías, no les tengas miedo, o “Yo haré que les temas”
Y, asi es, si nos acobardamos no
defendemos la verdad, la vida, la justicia, llegará un tiempo en que nos podrán
la bota encima y diremos gracias
No, nos dejemos pisotear ni
acallar, no bajemos la cabeza, ni, nos arrodillemos, ante los defensores de la
muerte, de la injusticia, del pecado
Solo nos arrodillamos ante Dios
Solo bajamos la cabeza ante La
Virgen María, y, ante San José
Y, si, nos arrodillamos ante el
Papa, y, bajamos la cabeza, no, por él, sino porque el Hombre al que
representa, es también Dios
Pues que Dios nos conceda no
tener miedo, y, que La Virgen y San José nos
lo consigan.