“El laberinto, los sauces las escaleras y la muerte, cuento Reflexión”
Se hallaba perdida en medio de un laberinto, sabía que tenía que salir de allí, recorrerlo, y hallar la salida, pero todo era un entramado de caminos, de pronto se fijo en que alguien la llamaba, se acerco era una mujer, una vieja, vestía de negro su mirada era turbia, daba miedo mirarla. La mujer sonreía de una forma rara. Acércate le dijo
Ella se acercó temblando.
Yo, dijo la vieja. Puedo ayudarte a salir del laberinto, mira estos son los caminos que has de recorrer. Se los indico con la mano
El camino de saberte autosuficiente. No dependes de nadie
El de no pensar en nadie más que en tí. Sí te conviene dí la verdad, si no te conviene miente
El de no ayudar, si no vas a obtener nada a cambio
El de saber que todos están a tu servicio
El de olvidarte de Dios excepto sí lo crees conveniente culturalmente
El de ser tú tu propio Dios.
Se alejo de la vieja, miro aquellas caminos se veían fáciles de transitar, los transitaba bastante gente, riendo.
Se dijo, porque no hacerlo yo también.
Pero algo le decía que no debía. Miro de nuevo alguien lo llamaba, se acerco era una mujer joven, aunque muy parecida a la vieja, aunque de mirada dulce.
Se acerco a ella sin miedo. Tranquilo, sí quieres salir del laberinto y llegar bien a tu destino, esté es el camino.
El primero, se siempre el último
Pon a Dios en el primer y el último lugar
Sirve y pide ayuda cuando lo precises
Obedece a Dios y no al mundo
Sigue a los humildes, los pobres y no a los poderosos
Di siempre la verdad, aunque te haga sufrir
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Obedece a Dios en todo...
Se alejo de la joven, miro el camino se veía aspero, con espinas y abrojos, la gente lo caminaba feliz, pero se veía les costaba
Se decidió a probar y tomo el primer tramo. Entonces vió un sauce llorón muy grande. Un joven desconocido, le preguntó, si sabía porque lloraba el sauce.
Le pareció una pregunta estupida. Recordaba un cuento de su abuela, sobre lo mismo, pero ella era una mujer mayor.
No lo sé, respondió.
El joven dijo. El sauce llora por los que han tomado el camino, los caminos que les indicó la vieja, y no han sabido o no han querido retroceder a tiempo.
Llora por los que no llegaran al Banquete Nupcial
Y preguntó de nuevo. Sí sabía porque lloraba el sauce.
Ya me lo has dicho. Respondió
No, te hablé del sauce, ahora te habló del sauce. El sauce llora de alegría, por los que han elegido el Camino que les indico La Joven, por los que habiendo empezado a caminar por los caminos que les indicó la vieja, se han dado cuenta, y han salido del.
Ya es hora de que camines. Yo estoy destinado a ser tu compañero.
Estuvo a punto de decirle, que no le hacían falta compañeros de viaje, pero no quiso ser grosero.
Empezaron a caminar por el primer camino que le había dicho la joven. De pronto noto la presencia de un hombre joven a su lado.
Apoyate en mí, sí te cansas toma mi bastón. Era un bastón raro en forma de cruz. Solo puedes hacer este camino conmigo, en realidad Yo soy, también el Camino. No me he presentado. Me llamó Jesús, te presento a Mamá, y a Papá José. Ellos también te ayudarán y tu ángel aunque son más de uno.
Jesús disculpa, pero se caminar sola.
Te equívocas los que han empezado a caminar por los caminos de la vieja, lo están porque lo han hecho solos sin mí. No pienses que no los quiero, por eso, también voy allí a sacarlos, pero solo puedo hacerlo sí quieren.
Se decidió por aceptar la ayuda. Comprobó que con Jesús y su bastón especial el camino era mucho más fácil, las cuestas apenas costaban.
Llegaron junto a un camino donde convergían tanto el camino de la vieja, como el de la joven, al final de cada uno, había una escalera, pero eran distintas la de la vieja, se veía una escalera descendente, fácil de bajar, de peldaños anchos, con pasamanos ancho. La escalera de la joven, era una escalera estrecha de peldaños sin pasamanos, mas bien una escala de cuerda que se movía, y balanceaba a todas partes, sí se caía se iba a la escalera de la vieja.
Sintió miedo.
Vamos dijo la Mamá de Jesús, deja que te demos la mano. Sobre todo apóyate en mi Hijo, con él ya verás que facil es subir.
Antes dijo quiero preguntar unas cosas
Adelante dijo San José.
Quiénes son las dos mujeres
La vieja es la muerte. Y lleva a la muerte, al Infierno, que es a donde vá, la escalera de marmol, la descendente y fácil de bajar.
La joven es la muerte, pero la muerte física, en realidad es el recorrido de la vida, y la llegada a La Vida, donde solo se puede entrar por Jesús y con Jesús, llega al Cielo, por eso es díficil su ascenso, imposible solo, pero no en compañía de Jesús
La otra pregunta es. Por qué Jesús me ha dicho que tengo más de un ángel que me acompañan
Ah sí, habló el mismo Jesús, los ángeles dejando a un lado los espíritus celestes buenos, son los mensajeros de Dios. Los que ponen a Dios en tu vida, te lo recuerdan. Tú tienes algunos. D. Julio tu viejo párroco, tu asistenta Luisa sencilla, analfabeta pero catedrática como decís ahora, en saber servir a Dios y al prójimo, tu vecina Juana, siempre dispuesta a ayudar, y tantos otros, tú también lo eres para otros.
Ahora venga, agárrate que vamos al Banquete.
Un sonido extraño la hizo estremecerse
Era la alarma del teléfono, tenía que ir hacerse los análisis, casi se queda dormida.
Se levanto, se ducho rápido. No tenía miedo, fuera lo que fuera, seguiría recorriendo el laberinto de la vida, ahora sabía lo había sabido siempre que no estaba sola. Tenía ángeles de la guarda, y sobre todo a Jesús a María y a José. Sí caminaba hacia La Vida.
Reflexión 6 de junio de 2023
29 de julio 2023