El Verbo era la luz verdadera.
Ésto afirma el prólogo de Juan.
El Verbo de Dios, el Dios Unigénito, era, es “La Luz verdadera, que viniendo al mundo ilumina a todos”
Hay Biblias que traducen. “Que ilumina a todo Hombre que viene al mundo”
Y son ciertas las dos
El Verbo, Jesús es La Luz verdadera. Porque en él no hay sombra
En el mundo hubo y hay muchos portadores de luz, pero es una luz reflejada. Otras son tinieblas disfrazadas de luz, que hacen tropezar y caer.
La luz reflejada depende de qué o quién la refleje, porque si es de otros reflectores. Habrá que ver de dónde reflejan éstos. Pues no se estaría recibiendo Luz, sino un juego de reflejos. Que más bien ofuscan que ilumina
Y están los reflectores a ésto estamos llamados todos.
Que reflectan la luz de otros reflectores. Pero escudriñan si esos y ellos reflectan La Luz de Jesús de Nazaret
Luego los que reflectan La Luz de Jesús
Pero para eso hay que acogerlo, en su Palabra, en su Iglesia y en el hermano. Incluso en el hermano que no sabe que lo es.