María es grande por acoger y creer La Palabra de Dios, más que por ser madre de Dios biológica en su humanidad
María no se concedió el ser Madre de Dios en la humanidad asumida en su Segunda Persona, es Madre de Dios Hijo.
Pero María antes de conocer su elección para Madre del Mesías, antes de saber, que era Madre de Dios.
Ya había acogido en su corazón y en su vida, la Palabra de Dios, viviendo su vida, a su Luz, encontrando en ella la Voluntad de Dios, del Dios de Israel.
Para María de Nazaret, solo importaba una cosa, aceptar y hacer La Voluntad de Yhv. Fuera grata, o ingrata. Por eso sostenida por el Espíritu Santo, pudo pronunciar su Fiat.
Y el Padre pudo gracias a Ella, regalarnos a su Amado.
Eso es lo que engrandece a María, y por lo que veladamente la alaba su Hijo.